Menos mal que no somos Venezuela… Somos
la consecuencia de nuestros propios actos. Sólo así se puede explicar la ruina
que sufre España: Que se esté demoliendo el Estado del Bienestar, los derechos
sociales de todos los trabajadores que con tanto esfuerzo se consiguieron… y
que un gran segmento de la población crea que lo justo, es la explotación. Y lo
que es peor aun, que la perdición de país no es el neo/liberalismo salvaje… que
son los nuevos “Salvadores de la Patria”… si no la eventual masa trabajadora
lista para la esclavitud económica. Claro que todo cobra sentido cuando las
instituciones “democráticas” de España se examinan al microscopio de su “relativamente”
reciente historia constitucional. Porque la “ejemplar” transición española no
fue otra cosa que un acomodo de las elites económicas franquistas establecidas,
que de tal modo obtuvieron ventajas políticas después de la muy y mucho “ejemplar”
democratización. La Sacrosanta Constitución escrita bajo el palio de unos
“próceres” provenientes de un régimen autoritario es papel mojado a día de hoy,
donde los “derechos sociales”… no están blindados en ella. Nuestra “calidad
democrática” se ve cada día reflejada en las actitudes de aquellos que nos
gobiernan… pero, también… en una ciudadanía que ni se inmuta cuando ve la
impunidad con la que, por ejemplo, jueces y fiscales actúan al amparo de éste
“perfecto” sistema de “libertades”. Y luego se rasgan las vestiduras con que si
La Manada esto… o, la “disolución” de la ETA… lo otro… y que si Cataluña tal, o
un Jordi… Pascual…
España es una “dictablanda” donde
como tal hay que ver cosas cual es que el Jefe del Estado está “inmunizado”
legalmente contra polvo y paja por cortesía de La Carta Magna. Ahí sí que hay
blindaje del bueno. El diseño del sistema electoral es tan “proporcionado”
estadísticamente en su “contubernio requetematemático” y democrático-social
como el de cualquier “democracia orgánica”. (Y con él seguimos desde los
setenta) El pasado antidemocrático de España se perpetúa en sus grandes
intereses comerciales/empresariales que han sido “protegidos” por la rancia
casta política de la derecha/izquierda “socialista” española que ha afianzado
sus privilegios. Que ha comprado con prebendas al sindicalismo de “clase”,
domesticándolo… dictando leyes para “amansar” la calle y la protesta. En éste
“paraíso de la libertad” se persiguen hasta a los tuiteros críticos en las redes
sociales como si fueran terroristas, es una paranoia surrealista de estilo
1.984… o, Venezuela 2.018. Los que hoy apoyan unos Presupuestos Generales
del Estado con el auxilio de los nacionalistas vascos, a un tiempo, relucen de
españolidad y dejan pudrirse en prisión a políticos nacionalitas catalanes con
“exactamente” los mismos principios “independentistas” que sus “colegas
vascongados”. ¡Es de traca!. Lo de los unos… y, lo de los otros. Oriol Junqueras de vacaciones en la Prisión de Estremera, y Jordi Puyol de rositas. Cosas como esas protege
La Constitución del 77 y del 155.