Quizás un día viajes hasta el final de la tierra y encuentres lo
que buscas… esa es mi maldición. Dios no estará allí esperándote con una
cerveza helada. En ese remoto lugar no encontrarás ni más virtud ni más verdad…
Y entonces descubrirás que no existe el tiempo perdido, tan sólo… las palabras,
perdidas… del amor. El problema es que hay demasiada gente “buena”… con
“demasiadas” comillas, o peor aun… demasiada sin comillas, buena gente. Habría
que aniquilar a la mayoría de humanos del planeta para que el “equilibrio”
natural se restableciera. Además cuantas especies se habrán terminado por
extinguir a finales del Siglo XXI… porque no la “especie humana” desaprovechado
animal sediento de mezquindad por aquello de la destrucción a nivel global. En
mi ceremonia de iniciación en la Masonería siendo aun un niño escuché decir a
mi Maestro: Todos somos hermanos. Y entonces, un servidor no estaba
precisamente entre amigos… sino entre hermanos, me aseguró leal y
concluyentemente mi mentor. ¿Por qué sobran casi 8.000 millones de humanos,
incluidos esos 30 millones que nacerán a lo largo del día de hoy?. La respuesta
es concisa y sencilla: Amar implica una gnosis pura y mutua entre dos seres que
esté condicionada a la correspondencia y cierta afinidad de pensamiento casi
insostenible y del todo punto inadmisible entre los hombres. Hay que decir no a
una raza dominante, a una religión única, a un “pueblo elegido”, a una bandera
y un himno que nos agrupe coralmente como un jodido rebaño de vacas dóciles que
llevar al matadero… Sin “Libertad”, nadie entenderá de que hablo… o, algún
gilipollas integral… me tildará de nazi sin entender de la “misa”, la media. Y
creerme: Hay que exterminar a la Humanidad, en su conjunto… sobra mucho tonto
de los cojones, sobre todo “enfermos” de titulitis.
Estadísticas en base a logaritmos nos dicen que hoy se venderán
más de 77 millones de ordenadores en el mundo. Y eso es mucha casiterita que
sacar de las minas del Congo… mucha explotación infantil, mucha esclavitud
laboral en el tercer “mundo”… o, el cuarto… para que un soplapollas cualquiera
en cualquier parte del planeta cambie su smartphone por uno mejor… o, se compre
una nevera con Internet incorporado que te diga el porcentaje de frutas y
verduras que consumes diariamente. Una verdadera fraternidad universal no es un
puto dogma místico ni católico ni nacionalsocialista, hebreo o hinduista… sino
la enseñanza de un principio filosófico de genuino estoicismo, y serenidad
intelectual, legado desde la más arcana antigüedad. Hoy se enviarán 60.000
millones de correos electrónicos en el mundo y se escribirán más de un millón y
medio de entradas de blog… ¡Qué importa lo que se piense!. Si hay más de 850
millones de personas pasando hambre y más de 2.300 personas con sobrepeso…
ahora mismo… en éste instante… mientras escribo o lees esto. En 1.789 se promulgaron Los Derechos del Hombre y del
Ciudadano, era un inicio... un prometedor inicio para una Era de La Justicia, de La
Igualdad y de La Libertad. ¡Una suerte de quiméricos pro-hombres “libres” nos engañaron!. ¡Exterminémoslos!...
a ellos y a sus crías… a los que escuchan sus idearios, y otros muchos cientos
de anestesiados que hay que darse un hartazgo. Seguro que muchas especies de
animalitos cazados hasta el mismo borde de su “extinción” nos lo agradecerán. La
verdadera fraternidad exige de la comprensión, y no del falso perdón y la
aparente renuncia al egocentrismo tan propio de nuestros días. ALGDGADU