Algunas preguntas no se deben hacer. No es que no
tengan respuesta. No es tampoco cuestión de que no deban ser respondidas. No es
el que sean o no incómodas. Es simplemente, que algunas preguntas sencillamente
no se deben hacer… ¿Por qué?. Pues es muy, muy llana la explicación. Uno: El
Aprendiz debe de encontrar la respuesta por si mismo, basándose en su
Inteligencia, Pensamiento y Memoria. Segundo: El Maestro no es una guía de
respuestas, ni un curial o escribano que daba de dar fe de una vida y milagros.
Tercero: Algunas preguntas, nunca, nunca, nunca… se deben hacer. Uno es lo que
es. El estar dotado para volar no le hace a uno piloto, y como un Ícaro
precisar llegar al Sol, además el Sol nunca es el destino… es la piedra del
camino. El camino es la respuesta. No importa cuanto sabías, con anterioridad…
importa, cuanto sabes hoy. No importa cuanto puedes remediar. Importa cuan
importante eres para aquellos que te necesitan. Aquellos que no están a salvo
de ser golpeados salvajemente por la vida. Pues esos que no creen en la verdad
siempre perecen ignorantes. Y también, porque no decirlo, infelices. Para
llegar a La Masonería Blanca no se hacen preguntas, no se incomoda a los
maestros, no se hacen autos de fe ni se escriben cuestiones indagatorias sobre
gestos embarazosos… Se escucha y se obedece. La rebeldía viene después… mucho
después. Es un acto de renuncia y amor desinteresado. La Humildad, no es
sumisión, sometimiento ni resignación… los que así la ven no tienen ningún
derecho a entrar por la puerta rota y sentarse sobre el poniente rumbo al mar
de todos los nortes. Primero: Hay que olvidar el honor, prescindir del apego a
la falsa dignidad, a la modestia por si misma. Y segundo: La jactancia que se
acepta en uno mismo y se admite en los más próximos es el veneno del aprendiz. Nos
hace petulantes, presumidos, fatuos… No es preciso saber por saber. Ni
demostrar cien veces que se es. Quien reta al Hombre se empeña en publicar
armas contra Dios. Y quien reta a Dios o es un inconsciente o un loco. Dios
sólo existe en la medida del hombre… amparado en su fe. La vida se justifica sóla.
Algunas preguntas no se deben hacer. Ni retar
el destino. Ni retar a un maestro. La maestría está desde que se inicia al
discípulo dentro de él, se puede suavizar, se puede pulir, se puede honrar.
Todos los entes son libres para agigantar su ego o su Conciencia, o ambas
cosas. La decisión es personal. Es El Libre Albedrío. Pero cuanto más se busque una respuesta,
indefectiblemente siempre, más oscuridad encontrarás. Si buscas el amanecer
constantemente, siempre estarás perdido en las sombras más negras. No hagas preguntas.
Busca únicamente respuestas aunque éstas te torturen. La sabiduría está en el silencio, Describe círculos
perfectos. Sólo hay que encontrar la forma. La energía del universo está en una
rama de apio cuando guisas. Cortas sus trozos. Los pones a cocer. Te alimentas
de su sustancia. Vitaminas con sabor y olor. Matar a un animal inferior para
alimentarse con su carne o arrancar a un vegetal de la tierra para nutrirse de
él es el mismo ritual. Honra tu Superioridad no ensalces ni encumbres tu supremacía.
La magia no existe. Existe la creencia en ella. La Ciencia no existe porque sí…
existe la experiencia del discernimiento. Dios está en la rama de apio que vas a
cocer, y en el final del infinito. Somos demasiado brutos, somos demasiado
groseros, somos demasiado torpes… para comprender todo lo que nos rodea y nos
atraviesa. Energías demasiado poderosas, rayos cósmicos, viajamos constantes
parados en nuestro propio sueño del que no despertamos. Deseamos curar la
enfermedad de los nuestros, vivir felices para siempre, tener algo de suerte… sin
ser plenamente conscientes que nos curan o al menos intentan aliviarnos algunos
hermanos que se dan al gnosticismo sobre la superstición de nuestras dolencias; porque
vivir es la máxima felicidad que existe en un universo de fuerzas
incontrolables… porque la suerte es poder teclear esto, y que alguien lo pueda
llegar a entender. Quizás mañana. Algunas preguntas no se deben hacer. El bien
y el mal deben permanecer en la balanza. En equilibrio. Sólo cuando se
comprende que es La Justicia, está puede aplicarse, y entonces comprenderás… que
La Realidad Radical es justa, porque no precisa ni de equidad farisea ni de fuerza. Fluye
como el cauce de un río, escucha el despertar.