Nunca dejará de sorprenderme la ambición
humana. Esa soberbia ejemplar de aquellos que se creen más grandes, más
poderosos… y mienten sin escrupulos, sin remordimientos… y juzgan a los demás
cuan en ellos mismos ello debería estar de más. Son la envidia, el honor de
librea… el atavío de la falsa superioridad, el uniforme digamos… oficial, de
éste país de mediocres. Donde se premia la insignificancia, se hace bandera de
la vulgaridad… donde se jalea a lo más trivial. Y si en un lugar el genio tiene
castigo secular es en España… donde se pasa de la admiración a la condena en un
plisplas. Aquí se tiene que ser campeón de mundo de lo sea todas las semanas y
de lo contrario estás acabado ya sea con seis años o con sesenta. Por eso
España no tiene, carece de héroes. Y nuestra Fiesta Nacional es la conmemoración del
“descubrimiento” de un continente… porque si fuera el día del nacimiento del "pobre" Cervantes, de El Cid Campeador, del nacimiento en Fuentealbilla de Iniesta… a
algún gilipollas, seguro, que le daría un parraque. Por ello también nuestro himno
nacional jamás tendrá letra, porque alguien preguntaría que fue aquello de las
Navas de Tolosa… pero, más complicado sería el explicar la verdadera historia
de la Batalla de Bailén. Y que más de complicado el comparar a Alfonso VIII de
Castilla o Alfonso X… con Fernando VII o… Juan Carlos I, El Emérito. A menudo
pido licencia a Mi Dios Constructor del Universo para seguir siendo lo bastante
humilde para callar cuando oigo tanta estupidez; es más… “licencias” para no
juzgar a la “estupidez”, a la majadería pura y dura… cuando desde mi cojín, el
mueble que me he convertido ve el mundo lanzado cuesta abajo hacia el abismo de
la ignorancia máxima. Mientras analfabetismo y barbarie se dan la mano y más
vale escuchar mentiras, pactos de peones, y mil chamarileros dando quincalla de
ropavejeros financieros y letrados buhoneros. This is España.
La ambición humana no es el negocio y la piedra
angular que sostiene aun la patria… y ese Pegamento Imedio que uso a buen
seguro de niño, el que a día de hoy roba del arca pública tanto en Cataluña
como en Madrid, en Murcia como en Galicia, en Andalucía cual en Euskadi. En
Iberia, la parte peninsular que nos toca… hemos hecho de la ambición virtud…
¡Craso error!. ¿Desde cuándo La Ambición es virtuosa?. Quizás muchos me
rebatan, pero La Realidad Radical me ha demostrado que es muchísimo más intensa
la energía que genera La Humildad, que toda la codicia y la avidez, toda esa
“ambición”, egoísmo y envidia… del mundo acumulada. La ambición lleva
inevitablemente a la soberbia, es orgullo y altanería, jactancia de un poder
temporal que degenera en la supremacía de la élite. Y crea fantasmas humanos.
Uniformados unos… otros encienden puros con billetes de a millón. Dejando morir
a sus hermanos, acaparando riquezas, envolviéndose en El Honor… De repente
gentes sin sustento intelectual se apropian de La Dignidad, con ese boato de La
Decencia. ¿Reconocéis España… u os la pongo del revés para ver que cae de
ella?. Cuando alcancé La Masonería Blanca me juré a mi mismo y ante El
Arquitecto Humildad ante mis hermanos. Pero ahora no veo esa obediencia a La
Humanidad, ni en la humanidad tan diminuta, y ni tan siquiera entre los míos. No
hay integridad. No hay moralidad. No hay justicia. El grito francmasón de
socorro no merece ser escuchado. ¿Por qué no decirme a mi mismo… qué es La Humildad?. Conocer
tu debilidad. Conocer tu límite. Actuar con el simple gnosticismo de tus vicios y faltas, e impotencia… o pararte ante cada ser doliente que lo necesite y darle la
mano, ayudarle a levantarse sin esperar nada. Nada de nada. Desconfiad siempre
de que aquellos que digan que ya han dado todo… o han dado demasiado. Porque
realmente jamás han dado nada. Nada de nada. Humildad es no tener necesidad de
mostrar los logros propios, humildad es honrar los méritos ajenos. Humildad, es
la clave. Humildad ante la pequeñez de nuestra pequeña partícula viajando a
hipervelocidad por el universo tan grande que se nos ha dado para Pensar, hacer
Memoria. Ser Inteligencia. Entidad. Hombre, Fr.H.