Duermevela de un esclavo

Duermevela de un esclavo

La masonería blanca (Parte cuarta, prólogo cainita... e inico de blog)


Entre voceríos de un terremoto y mucha política, entre los vaivenes del fútbol y sus incertidumbres de apretujones ligueros con sus etcéteras y noticias de esas certidumbres repugnantes de la corrupción nuestra de cada día leo en una lacónica y pequeña reseña como de un golpe 400 seres humanos han desaparecido en un naufragio en el Mediterráneo. Cuatro barcazas que trataban de llegar a Italia desde Egipto. ¿Pero qué son 400 de más o menos cuándo 50.000 refugiados están atrapados en Grecia?. Que son 500, 1.000, 300 somalíes, chadianos, libios… ¿terroristas potenciales para algunos acemilas de ministros condecoraperiodistasvírgenes?. ¿Qué son miles de niños que desaparecen a manos de las mafias continentales sino una nada que esconder bajo horas de realitys en la televisión?. Que importa si las "redes" de la inmigración hunden las barcas en mitad del mar una vez cobrada la parte del león, acaso eso les incomoda a esas conciencias que venden la carne del expatriado, del exiliado forzoso… Y todavía oirás a algunos soplapollas llamarse así mismos: Ciudadanos del Mundo… ¡De éste mundo, no gracias!. Ser ciudadanos de un lugar llamado mundo donde el color de la piel, del dinero… o de los visillos que lleves puestos como ropaje te haga señor o mendigo, rey o truhán no es el fruto podrido de mi pensamiento, la fermentación de mi inteligencia, el rancio corrompido de mi memoria. Una escueta y mínima rúbrica de crónica, apenas un dato entre tramas de golfos y dimisiones, pinzas y “papeles”… no me forja una Realidad Radical de falso “autocontrol” de la paz, ni me justifica un clamor de ira en mitad de un desierto de humanidad. La oscuridad del ser humano que se pregunta a si mismo... ¿por qué?, está contestada siempre en su propio lenguaje y con su propio apropio de mentiras. Esto es así de duro.
Cuando alcancé el lupanar de La Masonería Blanca aprendí a levitar sobre el suelo donde las zapatillas siempre se ensucian si andas entre el barro. Dios Constructor del Universo me iluminó… me contestó sinceramente. Me golpeo con una Realidad Verdadera más allá de éste desorden aparente… Me hizo ver que somos una gran esfera agrietada. Igual arriba que abajo, a Oriente que a poniente… Un barco infame en navegación constante y platónica; elegimos babor o estribor, pero somos todos iguales. Siempre habrá quien ambicione la capitanía, la demarcación… el mando, hacer de la superstición religión… y quien vea la maquinaria de la nave y los materiales de su obra… y sienta la precisión de sextante, sea medidor de ángulos humanos y nombre a todos como a si mismo grumetes, vea el rumbo en las estrellas… mientras el Sol quema su piel y la sed seca su garganta. No imagino dragones hechos metáfora ni ambiciono el desgobierno de la locura. En simple mente, el barco del que hablo se llama Planeta Tierra y navega sin "gobierno" del sentido común por entre el inmenso océano cósmico que desconoce casi completamente como un Ente Medieval el Atlántico, y más allá El Pacífico. Veréis, dejé todo lo escrito hasta ahora y me fui a hacer caca. Llevaba tres días o cuatro, no sé, de atranco. ¡Me ha costado un huevo… pero he conseguido largar un buen mojón!. Mientras lo sacaba cavilaba sobre el universo expandiéndose y la fuerza arrebatadora de la vida… y, también en ese humano depredador que mata por nada, o casi nada. ¿No es ese todo diminuto… una ilusión demasiado real?. La ambición, la envidia, el honor, no valen nada. Todo es La Libertad, Inteligencia… gnosticismo. Frenemos... ¿Todo es La "Pura" Hermandad?, Pensamiento… ¿lógica "pura"?. Todo es La Igualdad, Memoria… metafísica… La naturaleza de la única y verdadera realidad. ¿Esos 400, a quienes nos representan?.