Duermevela de un esclavo

Duermevela de un esclavo

El poder de una canción puede destruir el mundo


¿Alguna vez, una canción os hizo llorar?. Imaginad el poder de una canción que puede destruir el mundo. La pregunta sería: ¿Cualquier canción?. Y la respuesta sencilla: Sí, cualquier canción. Es así de fácil… pero, me temo, que más complejo. Shhhh… no se lo digáis a nadie. Claro que ese nadie, pensará que estáis locos, de modo que da lo mismo que os paséis el día entero cantando Campanera o Cover you in oil. La mente es un poderoso aliado, pero también un pozo sin fondo. Y no todos pensarán que estáis locos, algunos os temerán. De que hablo, no importa demasiado. La virtud es omnipresente, dinámica, omnipotente… irresistible. El Pensamiento puede llegar a aniquilar la memoria, La Memoria alcanzar a destruir la mente, y La Mente puede ser un pensamiento de poder ilimitado. Somos un compendio considerable de conocimientos vacíos si nuestra gnosis principal no es perfecta y briosa. Dentro de nuestro caudal de emociones y saber hay un manantial de poder casi, casi divino. Entonces, os preguntaréis, ¿cómo una canción puede destruir el mundo?. Pues… con una combinatoria de proyecciones psíquicas que no voy a desvelar. Algo que ha hecho enloquecer a reyes y tiranos en la historia, grandes hombres valerosos e inteligentes… más muy, muy débiles y sumamente manipulables. Os diré un secreto, si prometéis no contárselo a nadie… no existe la magia negra, ni la magia blanca. De hecho, no existe ningún tipo de magia. Pero si existen los magos, y las magas. Se llama Ciencia. Pensamiento científico. La mente es el arma. Una única bala puede matar a un hombre… un pensamiento decidido, una intensa proyección de influencia psicológica mental y moral acabar con toda la humanidad. Suena a locura, algo inverosímil, algo universalmente estúpido… y así lo dicta "sabiamente" la razón del poder temporal sistémico que debe ser. Quien diga algo así debe ser tomado por un lunático. Lunático en un sistema social sin virtud, sin honestidad, e... integridad. Donde la lealtad se compra, y La Verdadera Conciencia se desconoce. Más una canción es sólo una canción. Sólo he querido abrir un poquito una puerta de la Gran Mente Espiritual. No estoy tan poco cuerdo. Hablo aquí de despertar los sentidos con los que la naturaleza nos ha dotado, y el propio hombre ha perdido bajo los influjos "humanistas" por los siglos de los siglos, sin amén. A través del tiempo transcurren eones de evolución que han atrofiado nuestras "capacidades" de ser dueños de un desmesurado dominio de creación-destrucción. La formula está dentro de cada uno de nosotros, pero no desvelaré aquí esa verdad.
Y claro que el poder de una canción puede destruir el mundo. El poder de una sóla canción. Pero se precisa más que eso sólamente. La mente juega con nosotros. Inventa, realidades alternativas… deseos inconfesables, paraísos artificiales… que sólo nosotros conocemos; sombras que se mueven en nuestras soledades nos atormentan, sentimos detrás de nosotros presencias que no entendemos porque están presentes y no vemos… a veces una fuerza de voluntad enérgica y activa que nos guía hacia un lugar desconocido. Es la mente divina del hombre… que genera dioses y demonios, luces y sombras, verdades y falsos mitos, rocas y agua, aire y fuego, viento y vacío… la que trae aromas del pasado, y afanosas miasmas de dolor y quebranto. Emanaciones que conjurar con la sencilla virtud de la moral perfecta y precisa. Porque sólo aquellos que carecen de la virtud que constriñe a La Conciencia necesaria no tienen miedo. Porque el miedo es tan absolutamente necesario para una inquebrantable pureza del Ente Hombre como La Libertad, y la moralidad, como La Justicia. De tal modo que podéis llamarme loco o lo que os parezca mejor, podéis pensar de lo escrito hasta ahora lo que queráis… podéis hablar con más conocimiento o menos de causa de algo que intuíais, o que habéis leído anteriormente en tal o cual sitio sobre tal o cual cosa, hecho… o teorización especulativa. Me es indiferente. Es completamente indiferente. No tiene nada que ver con lo que os hablo… Aquí estoy abriendo una rendija en una puerta demasiado sellada y comprometida. Desvelando una verdad contingente. Una accidentada vía al conocimiento ancestral que parte de un intenso potencial que emana de Los Hombres Libres. Aquellos que saben que una parte de siete sólo es una mínima zona segmento de un círculo que no debe ser desvelado, tan sólo enunciado en la parte de sombra de un susurro escrito. Shhhh… La locura es el infinito del misterio que no a sido despertado, el agua no sólo sirve para aplacar la sed puede conducir la electricidad… y, los sueños… y una canción puede destruir el mundo desde un grupo de acordes y notas superpuestas que incomprensibles trasladan una idea al subconsciente colectivo que no espera un mensaje mientras se mueve maquinalmente. No son conspiraciones de lo que hablo, no seáis tan estrechos de miras… La mente es el viaje, el transporte, el espacio y la carretera del pensamiento, y la memoria. Dar un trago de agua y saborear vuestro presente… escudriñar el futuro. La ira… envejecida, y recurrente.