En la prudencia, o en el astuto engaño, hay un lenguaje eterno de La Verdad y una
correspondencia constante entre las ciencias y el arte. S.A.P.I.E.N.T.I.A. es
parte de la naturaleza del Ente Hombre, y el E.S.T.E. es una parte del Dios
Constructor de Universo, naturaleza pura y viva de nuestra Conciencia. No hay
que dar tampoco mil vueltas de todas las cosas que son. La lógica es el arte de
relacionarnos con lo que de “divino” hay en nuestro conocimiento. Con esa luz que
brilla intensamente dentro de todos nosotros. Cuando decimos que aplicamos la
“lógica”, nuestra Gran Gnosis construye el nexo de unión entre la comprensión
individual de cómo funciona el mundo para cada uno de nosotros, y el principio
de cada ser Ente, Incluido el Gran Ente Social con sus simbolismos de grupo,
sus VIRTUS UTEM, y esas cosas visibles e invisibles de algunas verdades
aparentes que parecen esencias “ciertas” de secretos arcanos. Primero hemos de
reconocer a La Verdad Pura cual ese manantial viviente de progreso en “esencia”
eterna. El Principio de la Lógica que lleva a entender como hemos llegado hasta
aquí. El misterio de la vida que teorizamos de un modo constante y que nos
lleva permanentemente a preguntarnos: ¿Por qué?. Simplemente. O, simple mente. En
cada ser viviente siempre hay algo mágico que brilla. Una cadena de
causalidades. Algo trascendente que hasta en el mal más absoluto, relumbra en
la oscuridad. Porque poseemos la percepción de la perfección, y conocemos la
profunda imperfección de la falsa humildad, de la falsa moralidad del hombre. Hay
una memoria antigua con su concepción filosófica del arte y la ciencia de lo
“visible y lo invisible”. El recuerdo de S.A.P.I.E.N.T.I.A. científico actual
ha perdido esa Metis de Memoria Divina. A día de hoy lo “presupuesta” todo. Lo
valora en una escala de beneficios intolerables. O peor aun… en que es útil
para crear versatilidad humana. Como en el Arte hemos pasado de buscar La
Verdad “Manantial” del Conocimiento puro, a un ideario “espiritual” de crear
recuerdos retóricos de tecnologías con marchamo de caducidad. Formas temporales
de expresar el poder constructor de una civilización que se apaga en la
decadencia de éste Juego de la vida eterno. Hemos sustituido a la palabra
creadora, por la palabra creativa. Y así… todo lo demás. El universo científico
de los efectos y sus derivaciones, por un cosmos sistémico desatado de miles de
causas… de centenares de miles de fuentes y orígenes que desconocemos. Hemos
enfangado La Ciencia en oscuridad buscando La Verdad. Buscando “nuevas”
combinativas.
Combinativas geniales y únicas como jugadas de esas
ensayadas decenas de veces en entrenamientos de fútbol, y que rara vez tienen resultado
en el juego real. Porque la vida no está hecha de retórica científica. El
discurso de la vida es el de la certidumbre de nuestras trascendencias de razón
positivas y negativas para la producción y la reproducción. La VIRTUS UTEM es
el juicio final de la palabrería y debemos pensar en el desarrollo creador. En
el modo de hacer las cosas hechas, y en como lo construido ha sido creado. Lo
que puede parecer un galimatías pero no lo es. Desenredando el guirigay digamos
que El Conocimiento tiene que comprender La Verdad que fluye en los procesos
científicos con una visión más filosófica que puramente práctica de
“fabricación y desarrollo”, y asimilar que ese potencial de creación debe de
ser enfocado a nuevas percepciones más… imaginativas… de nuestro genuino poder
constructor. El Ente Hombre por desarrollarse puede obrar por error, no lo
dudaré nunca, pero lo mismo que está profundamente dotado para la ignorancia,
también lo está para tomar el brazo fuerte de S.A.P.I.E.N.T.I.A. y traspasar e
ir más allá de las columnas de E.S.T.E. e ingresar en el Templo de la Luz Eterna.
Ser reconocimiento y trascendente Realidad Radical, Perfecta Imaginación en La
Mente del Arquitecto que trabaja en cada U.N.O. de nosotros para mejorar como
Humanidad Mayúscula. La verdadera sabiduría no está en el don de las palabras,
en el arte iniciático y “seudomágico” de aquello que se debe mostrar, en la
disciplina en la elipsis de un pensamiento tan siquiera… si no en la armonía
del más elevado discernimiento de aquello que es auténtico, que percibimos como
La Verdad. Y siempre deberemos a ella antes que la maestría en el arte o la
ciencia, o ambas cosas a la vez… saber rectificar si fuera preciso La Palabra.
VIRTUS UTEM. Nos debemos a la humildad nunca a la modestia. Nos debemos a la
moral, a la honradez… nunca, a la soberbia. Y la Inteligencia, peca demasiadas
veces de orgullo y, arrogancia. Un control totalmente nefasto sobre nosotros
mismos, y sobre nuestra existencia como Entes Libres, no… humanos
independientes. Quizás algún día la ciencia comprenda, por ejemplo… que muy por
encima de la “comprensión” del Espacio-Tiempo está el ritmo, y la vibración
sempiterna del Espacio-Tiempo real. Dos elementos esenciales de una esencia
indivisible y “divina”. Sustancias inmanentes de La Gran Humanidad como son la
Música, o simple/mente… la Física. ¡A.L.G.D.G.A.D.U.!.