Hay quien
cree que hay dos masonerías. La de la pobre infantería de combate a saco, y la
de la masonería de élite. Y que el primero de los secretos masónicos es el de
un secreto de ciudadanía de tipo egipcio que pone al tío 33 en punta dueño y
señor de los antiguos privilegios que el Padre Dios Constructor del Universo le
concedió sólo a él para que donase a discreción sus parabienes cuando La
Conciencia es universal, y a la vez propia de cada uno. Que hay una evolución,
y una “selección natural” a partir del mechón del Elegido… y que por ese camino
el distinguido, el favorecido del Sumo Hacedor es colocado sobre el Trono del
Gran Templo de Isis. Uno más allá del Templo Rojo de la hermandad y los tres
escalones y los viejos papiros de la fraternidad. Lejos de la mitad del camino
que desandar… más acá sin verse de ese Templo Azul e Infierno conciente y pleno
de la Libertad única y verdadera. Sí… hay quien cree que hay dos masonerías. Y
un lamento cuando un Señor de luz ascendió a los cielos… en rituales egipcios,
sobre una cruz que no ardía a simple vista. Las coordenadas de Jachin y Boaz
nunca pasaron por Dalkeith road. Las dos columnas descomunales del templo de
Salomón… La de La fuerza, y la de El establecimiento. La J de la Polaridad masculina
y positiva del Universo… y la Polaridad femenina y negativa de la Naturaleza.
La columna J tiene al Oriente el Sol de Ra… masculino y energético del alma, el
Helios… Cristo… Ay... La columna Luna que arde en lo femenino. Lo prohibido. El
miedo ancestral y arcanamente falso. Algo misántropo. Isis, Artemisa… Diana
Cazadora. Introversión. Penitencia. Norte geográfico de La Logia. Tierras
bajas. Teoría genuina del Todo.
Conciencia
oscurecida por el velo físico. Los obreros de la Gran Obra Cósmica y la infantería
de choque. Donde el alma alcanzará su iluminación al despertar su Conciencia
está el sitio del Maestro. En el sendero del regazo y la llave del arcón. Un
pasaje que puedes ver y tocar sin miedo. La solidez de ese espejismo de tu
imagen reflejada en el espejo, sobre el piso masónico cuadriculado…
antimateria, Energía Oscura… el nexo de infinitos tus que existen sin final. El
Merkaba hebreo de raíz consonántica. El vehículo interdimensional de las dos
pirámides cruzadas… sólo una estrella. Apagada, Dos tetraedros, uno masculino y
otro femenino, yin y yang que giran constantes como la estrella polar en
sagrada geometría de La Conciencia. He hablado demasiado… shhhh…
Unas espitas geométricas específicas de arranque ponen en funcionamiento
el vehículo estelar de El Gran Astro Pentagonal Madre, El tetraedro nave, El
octaedro pitagórico, El dodecaedro satánico de los quark y las partículas
elementales… y, esos comandos de hipergravedad cuántica y de supervelocidad en
la grupa de las galaxias que se aceleran y se desaceleran a voluntad de dicho
vehículo “divino”. Mientras todo es orden y armonía en el Jinn Azul. El demonio
del profeta, prosigue y atormenta a los poetas y adivinos de la violencia sobre
la tierra. La tierra de la llamada Tierra. Las mentiras… He dicho demasiado…
shhhh!!!. La Conciencia del Árbol de la Vida es la de los cortadores de
piedras, los alineadores de la ciencia, esos que despejan el secreto de la X, y
el ritual del sacrificio del Hombre. Porque la Gran Puerta del Simbolismo Solar
es Sirio, y Sirio es Horus… con sus seis hexágonos, y donde apunta su cenit hay
está la entrada a la mente del Arquitecto… el resto es sueño de siglos. Podría
decir la palabra... pero, ya la he dicho muchas, muchas, veces... Hace falta
una vez más... Otra vez, ¡creo qué no, Fr.H.!.
Siempre
me consideré miembro activo de esa masonería de choque y combate, que ya ha
desaparecido y hoy en día se dedica a hablar mucho, a conferenciar mucho… a
escribir poco… o mucho, y no decir absolutamente nada. La otra, la que un día
anduvo por Dalkeith road entre Sirio, el octaedro, el tetraedro, el dodecaedro,
y La Merkaba sin despejar X del simbolismo solar sin sentir el caer de la
lluvia torrencial ni refugiarse entre los ramajes del Árbol de la Vida no me
interesa ni poco ni mucho ni absolutamente nada. Uno describe líneas en el
cielo subido en lo alto de la gran pirámide desde Le Louvre a Le Observatoire,
desde El Mirador de Scott al Cinturón de Orión pasando por La Défense… y deja
de ser turista, y viajero ocasional para hacerse Ciudadano de la Humanidad, así
en grande Mayúscula. Jugando a un juego que lleva más de seis mil años dando
vueltas sobre un tablero de cuadrantes y piezas, joyas de marfil que apenas
hemos tallado y ébano moribundo. ¿Pero la pregunta es dónde empezamos el
viaje?. No hay un donde nos dirigimos, ni donde acabará esto. ¿Y la nave, acaso
importa?. Si uno no entiende su conciencia, donde encontrara la llave de
nuestro Dios Constructor del Universo, la espita que abre la Gran Fuente
inagotable de El Libre Albedrío. No hay que entender el simbolismo de los
callejones de la mentira del hombre, basta con sentir y seguir el camino bien
marcado y sobre todas las cosas, definido, de los que fueron destrozados y
desbrozados Hombres Justos antes de nosotros. Todo está escrito en piedra,
paveses de calles viejas… entre resguardo de porteros sin librea y criados sin
galones. Tres fueron siempre los Templos… pero eso a día de hoy no tiene la más
mínima importancia pues están profanados por salchichas para cóctel y naranjadas.
Bacon y cola. Quizás ni La Fuerza ni El Establecimiento ya lo son Todo… De modo
que… ¡viajemos!.
Entro
como soldado de infantería universal en La Merkaba. Entretenido con el
equivalente mecánico del calor y ley de enfriamiento de Newton y el cálculo de
temperaturas de equilibrio térmico en mezclas. Un coñazo. Prefiero la grasa de
las balas y a Melville o a Twain. Leo Historia de dos ciudades de Dickens… Sí…
fue… la edad de la sabiduría, y también de la locura… Soy mandado por matarifes
a un matadero de pequeños carniceros… y sobrevivo. La convulsa Paris es una
fiesta, España… un aburrimiento… Edimburgo, la paz edificante, mas no me ampara
la Gracia de Dios. La conservación de la energía mecánica, es una de las ideas
más bellas que la puerta rota no me devolverá jamás… se acabará el reír sin
más. La simpleza de la montaña rusa y la niñez perdida. Trinum faciunt
collegium. Ast, que porta el jeroglífico de un trono sobre su cabeza, me
abstrae de mi objetivo verdadero y me sugiere el camino de la perfección. Ellos,
los hacedores de lo bello y lo divino, no dejan de ser otra cosa que caníbales
endogámicos… La luz de un entretenimiento fatuo y vil, y no del entendimiento.
Me consideran un grande… y yo les detesto. Me abandonan siempre vigilado como
un poderoso talismán… El Milagro... y no soy ya, ni hombre ni dios… sólo el
simbolismo de tres dignidades a las que soy fiel: Luz, calor y vida. Mi viaje
se completó hace tiempo pero no mi destino. La obra constante del
perfeccionamiento intelectual, es la moral. Algunas cosas inmateriales físicas
y químicas no se entienden, pero seguiremos en la grieta objetando incógnitas.
Origen del pensamiento del Hombre y subsistencia. Voluntad… trinidad
espiritual. La nave nos eleva al universo: Representa la moderación, es impulsada
por la acción, la abandonamos en el instante preciso con la decadencia. Y
somos… Conciencia. Para en tu puerta… en tu misma puerta. Con sus alas y sus
caras… corazón, mente y cuerpo. Isometría cristalina y pentagonal, atrofia de
La Tierra… error místico de los eones que nos han confundido la creación con la
oscuridad, la fe… con las fatales consecuencias de creer y recreer en mil y una
mentiras de devociones falsas. Guerras y calamidades...