Duermevela de un esclavo

Duermevela de un esclavo

Desde mis ochenta


Hay dos generaciones que vivieron los ochenta del siglo pasado… los de Oliver y Benji y Alf, o que tenían hora para volver a casa de papi y mami a las once de la noche… y otros, que tratábamos de que Judas El Miserable, no nos hiciera un tratamiento del blanqueamiento anal a las tres de la mañana de un viernes cualquiera mientras tronaba su sonar rumbero y rumboso. Aquello si que fue Living the eighting… a tope de power. Cuando el facherío estaba acojonado, y no asomaba los caretos no se los fueran a volar de un bombazo en un Carrero’s style. Seguro que esa nenaza política que hoy es Albert Rivera… con sus entonces, cuatro, cinco o seis añitos de vellón… veía feliz a Espinete que por aquellos días, tardes… y anocheceres no se paseaba por el Goierri: Lazkao, Ordizia, etcétera… ¡Valientes cabrones esos mierdasecas qué hoy se permiten dar lecciones de españolidad!. Sean catalanes de semifascio, o andaluces de Jaén criados a las sombras de los cortijos solariegos de la Benemérita del Sur Español de Olé y falta de huevos para haber visto aquel Norte que mis ojos contemplaron arder en cientos de amaneceres. Hoy son otros días… afortunadamente. Ahora ser facha… o, de extremo centro… ¡mola!. Es cool. Algunos machitos sacan la bandera al balcón, y si tú no lo haces pues va y resulta que te tildan cuando te has partido el culo por esa panda de “mariconazos” de derecha de gónadas mamporreras… de no ser un patriota, hasta puede que te llamen podemita que es incluso peor que entonces cuando te tachaban de rojo a la mínima.
Pena de país, y pena penita pena de mis ochenta entre Paris, Jerez, Tallahassee, Caracas y Torrevieja around the world… by Status Quo, Los Stones, AC/DC y Los Maiden. Una vez, por eso de mis gustos musicales me preguntaron: ¿Eras heavy?. Pues no, les respondí… era Heavypollas. Más o menos, como ahora… aguantando mecha, y a tontos a derecha e izquierda. Sólo que ahora, es cuestión de supervivencia, de no morir ahogado en la ignorancia que nos rodea entre tanto listo y, “científico crítico”… de perfil bajo enfermizo de titulitis reumática. Ya no leo a Sastre… ¡pa qué!. Y puedo vivir intelectualmente sin haber leído La ciudad de cristal de Auster, ni haber encontrado nada motivador en El guardián entre el centeno. Ahora soy coplista y fandanguero de Huelva, y canto por Jagger como un perro mojado. Aniquilaría por gusto a la mitad de la humanidad… y por disgusto, a la otra mitad. Y comprendo el punto de vista del sabueso Trump, y aunque cualquier tiempo pasado no fue mejor… ¡estamos jodidos!. Porque veo la apatía general, el futuro que se le deja al personal imberbe… y lo adolescenviejo mental que tienen entre ceja y ceja aquellos que manejan el asunto de lo económico-social. Incluso ese movimiento de indignación-vendetta global revolution ha quedado en nada… reducido a las migajas de las mesas de los mismos “ricos” de siempre. Llamarlo Twitter… o llamarlo por videoinfluencer, lever clever. Cualquier idiota se vende, es sólo cuestión de tiempo, y de más idiotas que sigan haciendo rueda y camino, al andar. Lo que flipaba de aquellos ochenta míos, era el hecho de que aun no estaba todo el pescado vendido. Había esperanza en que algunos cabronías no se hubieran despedido todavía… y, tan “barato” como lo hicieron. Hoy son “respetados” médiums gurús”. Moneda virtual de “estos” millennials, generación Ydiota, de verdad de la buena.