Duermevela de un esclavo

Duermevela de un esclavo

Tiempos malos, son tiempos para el cambio


Vivimos tiempos malos… o mejor, no… Vivimos tiempos nefastos… para el Rock and Roll… y, para el arte… el cine, el teatro, la aventura en general… la vida. Nos cuentan historias viejas. Hace veinte, o treinta años que tal grupo publicó su álbum… del que se han vendido tantos millones de copias… ¿Os suena esa copla?. ¡Basura!. Vivimos tiempos, de una excelsa civilización… sobresaliente progreso, prominente tecnología… pero, escasa cultura. La obra del pensamiento humano está agotada… como al final se agotan todas las baterías… A lo peor, es hora ya de que empiecen a crear las inteligencias artificiales … por mera idiotez de los hombres… y, las mujeres. Viendo The walking dead, serie de la que me declaro fan absoluto, reflexiono sobre cuanto me recuerdan esos caminantes descerebrados a mis compatriotas, mis vecinos, mis camaradas de atalaya… mis muy queridos no… ¡queridísimos!... y, anestesiados conciudadanos españoles. Y confieso que me gustaría ser Rick Grimes y ponerme a pegar tiros a la puerta de una iglesia una mañanita de domingo como ésta a tanto hipócrita que orina agüita bendita. O ser Michonne… y liarme a katanazos con el personal en un Primark. Ese lugar distinguido donde la zombielandia sin conocimiento va a por complementos que no necesita a precios convenientemente mutados… y, desigualados… en trampa generalista. Estos son tiempos gloriosos en que nuestra memorable e imperecedera muchachada semianalfabeta en edad de florecer el pavo cree que han inventado un sempiterno “Spanish way of life”. Y no ven… como les están jodiendo la existencia padres soplapollas, políticos corruptos, y medios de desinformación para la manipulación by Internet y la constantemente amigable Morsa TV sin Alice.
Afortunadamente… tiempos malos, son tiempos para el cambio. Para hacer estallar el sistema desde dentro. Revolution is coming. La Revolución viene… Silenciosa. Surfeando en una ola, que cuando pase, dejará al personal preguntándose donde está. Sólo… que ya ha pasado la cresta del embate sobre nosotros. Estamos en tiempos de mareas… Resaca… Despertando… pero, el jet lag será largo aún. Todas las horas del final que se aproxima no están todavía coordinadas. Las almejitas soñadoras van felices al banquete del hambriento pinnípedo. Del tal manera y modos, que coman perdices mis muy estimados cabronías hijos de la putísima, cacen elefantes por su marfil con adrenalina… o dense a los placeres de carne en todas sus formas, tamaños, razas, o… maneras de preparación gastronómica. Mañana, será otro día. Morirán preguntándose: ¿Para qué he vivido?. ¿Esperando El Reino de Dios… cabrones?... Yo seguiré escuchando a Los Beatles cantar I am the walrus sonriendo al Sol. Por cierto… los que lean esto, y no lo entiendan… que se los folle un pez sierra por el ano. Recuerden a Dickens: "Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo." ALGDGADU.