Estos son
los hechos: El viernes 13 de octubre de 1.307 los templarios fueron arrestados
en La Francia viejuna y monárquica. Siete años después el Gran Maestre de los mismos, Jacques Bernard
de Molay, fue quemado en la hoguera, aunque cierta simbología continuó en una
sociedad de fugitivos, hombres libres que hacían uso, y a veces abuso, de los
círculos uróboros, ya presentes sobre las superficies solariegas de los
castillos del Temple; al igual que hoy día se decora con el embaldosado blanco
y negro el piso en las logias masónicas. Hablo de la piratería. La calavera y
las tibias cruzadas, y La Cruz de San Andrés. (Borgoña) La de la bandera de Euskadi, de
Jamaica, Escocia… Los confederados “rebeldes” del Sur Norteamericano… Los
tercios viejos españoles, y por ejemplo… la Union Jack. Todos hermanos… muchas
veces enfrentados… Por el capricho de reyezuelos, por la codicia que cohabita en
el corazón de los hombres… Así fue como “perdimos” El Supremo Templo Real inacabado
de Salomón al Dios Constructor del Universo los masones… no otro que la Sede Central
de los templarios, que perdieron vida y obra a manos de Saladino. Y esto que
escribo ahora no es un gazpacho histórico… considérenlo, un soufflé de patata y
jamón en el horno de la tradición y la leyenda. Acumulamos el oro, y desenfocamos la perspectiva. Nos encerramos en el secretismo, con la intransigencia propia
de los necios…
… de esas
18 galeras que partieron de La Rochelle desapareciendo en la noche más fría y
oscura, para regresar de nuevo a los mares conocidos con la bandera pirata en
sus mástiles. Todavía hoy en día hay
masones que al pasar ciertos primeros grados de aprendizaje, hacen nuestros
juramentos de hermanamiento e ignoran de donde surgieron estos. Y cuando a un masón
actual se le pregunta por ese compromiso fraternal, su respuesta suele ser el
no saber de donde “venimos”. Y el porque de la calavera… o, el número 322. El
de la senda de la iluminación que lleva a la Gnosis Final. ¡Tan simple!... sin
“secretismos”, piratas. Hablo… o mejor… escribo… del Concilio de Toulousse
de 1.229. Porque el buen masón deja orar al musulmán en su Templo, entre
hombres libres… No hay paganismo en adorar a la Diosa Isis, ni a las vírgenes
negras. Ante una de ellas rezó Colón antes de ir a “descubrir” América… y la
propia Reina Isabel La Católica en 1.492. Una pregunta inocente para
“exploradores” doctorados en “La Historia” sería: ¿Por qué en Escocia Robert
Bruce tenía como protector a uno de los parientes de Jacques de Molay?.
¿Cuántos saben qué La Segunda República Española fue impulsada e instaurada por
masones?. ¿Cuántos conocen la sabía directriz de nuestros doctores bajo la
égida de la Orden de Malta proveniente de los Hospitalarios de San Juan?. San
Juan Bautista, es el líder espiritual de ésta Iglesia Gnóstica. Nuestro
particular “Baphomet” escocés entre muchas comillas… que duerme en Rosslyn. Y
sus “secretas” creencias, eran las mismas que las bases de la actual masonería.
Hablamos “incluso”, de ciencia… de Bacon, de Newton… El viejo soufflé corsario.