La masonería no es un club de campo donde hay
un letrero a la puerta de unas oficinas bonitas donde pone escrito: ¿Usted
también puede ser masón?. Los tontos, los caraduras, los cantamañanas, los
gilipollas y en general… y, en butacas… todos los que van de enterados, y sobre
todo, de seres “superiores”, (entre comillas “redundantes”) sobran. Un servidor
puso durante mucho tiempo su trabajo intelectual al auxilio y la gracia del
R.E.A.A., El Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Aceptaba, el simbolismo de mi
logia madre… seguía la dinámica de funcionamiento de mi fraternidad antigua. Tengo
mis colores, mi enfoque de análisis racional de la vida, mi Conciencia más allá
de la realidad ilusoria… en La Realidad Radical, y mis criterios de
espiritualidad se complementan extraordinariamente. Claro, que
naturalmente... observo en que ha
degenerado la historia del hombre: El mundo, los ideales, las ideologías, la
religión, el pensamiento científico, la filosofía, el humanismo, La Libertad, y
tantas y tantas cosas. De hecho La Masonería se ha convertido casi, casi… por
completo, o al menos en “muchas, muchas, logias”… en un grupo de fantasmas
viejos que hacen elitismo de la virtud, y se visten de bufones sin ton ni son.
Y he visto mucho, y mucho, de eso, en algunos años buenos… y… mejores. Y es
entonces ahora cuando me pregunto lejos de mi Templo, con mi grado intacto, y
enfrentado a La Suprema Conciencia: ¿Qué se puede responder a una persona
cuándo pregunta, sencillamente… cómo puede ser masón?. Porque hay tres posibles
respuestas. La primera es que vaya a una logia y entre, pregunte, vea, examine
por sí misma. Y… quizás… vislumbre, como La Gran Masonería se ha degradado en un
auténtico club de snobs. De pedantes conferenciantes que nos darán mil una
charlas sobre un arte y una "prohistoria" absolutamente aburrida. La segunda
respuesta a el como… y, el porque, se puede entrar en La Masonería, y también
la tercera… tienen su razón directamente en la práctica y aprendizaje de la
VIRTUS UTEM. La virtud máxima. La entrada la otorga el conocimiento, la
práctica de la solidaridad, el amor a los hermanos… y, por ejemplo… la
humildad. Pero que nadie piense ni por un solo instante que hablo como un
teorizante soñador romántico. Toda mi vida he sido un hombre de acción. Y hay
una intelectualidad de la espada, que verdaderamente es más potente que la de
la “pluma”… y hasta ahí… hablaré… y resulta que más allá, está el silencio de La Verdad.
Y quien insiste en conocer La Verdad, tarde o
temprano la encuentra. Y La Verdad es una rosa bellísima, fragante, delicada…
sí… pero, tiene espinas. La Verdad puede hacer daño. No es para los débiles, ni
para los mediocres… ni desde luego para aquellos que quieren guardar falsos
modismos de villana “humanidad” en su interior. El hermetismo es preciso,
imprescindible… y el sacrificio por todos los hombres y mujeres necesario,
cueste lo que cueste… sin reparar en si son o no… de nuestra propia sangre. Un
masón se debe a la construcción de la obra del Ente Hombre no a la edificación
y abastecimiento de su propia obra. Y es por ello que existe en La Masonería
también corrupción y degeneración de la moral de muchos hermanos. Por ello de
deben purgar las capas de los mejores, hasta encontrar aquellos más perfectos
que llamamos Venerables Maestros. La Gnosis de S.A.P.I.E.N.T.I.A. es de base
científica, La Gnosis de la VIRTUS UTEM es parte integra de la más pura
Conciencia de La Realidad Radical, y juntas forman el E.S.T.E del U.N.O. La
Libertad de aquello divino ha de nacer y vive sempiternamente en nosotros. Desde la
capacidad de detener el tiempo que se nos ha dado y explorarlo, investigar
enfermedades y curarlas, el poder inspirar con nuestro ejemplo a nuestros
semejantes, el proteger a aquellos más vulnerables, etcétera, etcétera… Ahí y únicamente ahí, empieza la felicidad y el libre albedrío, en trabajar y jugar en el mundo, en
amar y caminar, en sentir… y oír, y escuchar, y llegar a tolerar incluso aprobar… al tonto, y al listo,
al dotado por El Pensamiento, y porque no… al, zoquete… de su “razón”... envenenada. De
manera que: ¿Cómo puedo ser un masón?. A: Ve a una logia cualquiera y entra a ver que
encuentras allí. B: Aprende los caminos de la VIRTUS UTEM, del conocimiento
científico, de La Conciencia y La Realidad Radical. C: Practica la solidaridad
y el amor a los demás. Hay una puerta de atrás de todas ésta Letras: A, B, y C…
y siempre, siempre… hay alguien que observa. Digamos… ese “ojo”, (entre
comillas “extrañas”, y muy humanas) que todo lo ve. Y como pertenezco a ella,
retomo los caminos de La Masonería Blanca, y hablo desde ella. Humildemente lo
escribo así. Como una analogía de genios entre Chaplin y Einstein. Pero… ¿qué
preferís ser?: A: No decir ni una palabra, y que se entienda absolutamente
todo… o… B: Decir muchas palabras, y conceptos… y desarrollar fórmulas… y, no
entender nada de nada. Personalmente me quedo con la B… ¿Por qué?. Simple. El
camino de La Verdad nunca es el sendero fácil. Y es infinitamente mejor ser
odiado por vano, que por comedido.