Duermevela de un esclavo

Duermevela de un esclavo

Las nomenclaturas masónicas (Tolerancia nunca, humildad siempre)


La tolerancia desde luego no es aguantar la estupidez de algunos, ni significa armarse de paciencia con las burlas de aquellos que conocer algunas nomenclaturas de nuestro gremio albañil. La tolerancia no es la pasividad al escuchar a los que nunca han sido... dar lecciones de lo que significa ser. Nunca deberíamos tolerar, si no comprender. Saber que somos iguales en VIRTUS UTEM potencial, Maestros, aprendices… y, compañeros en general… y que sin humildad, no somos absolutamente nada de nada. Ni siquiera debería de escribirse de ello, pero cuando el orgullo cainita, la tradición mal entendida, y un honor fatuo envenena a los Templos, y a los Hermanos, el respeto y la fidelidad de un maestro hacia sus semejantes menos dotados obliga a decir que somos… y que nos debemos a nosotros mismos para completar nuestra Conciencia y La Realidad Radical. Ser masón no se personifica en estar al cabo de un buen número de claves y ritualismos, porque si sólo es eso… ni vale la pena seguir… Ser masón no consiste en ser un experto en textos religiosos ni sagrados, ni en contenidos heréticos, herméticos ni de carácter seudomágico… para eso hay perfectos e idólatras ratoncillos de biblioteca. Ser masón no es ser guardián de viejos pergaminos sin sentido, ni vestir los ropajes medievales de los constructores "deconstruidos", ni presumir de honores, lealtades, jactancias ni engreídas prácticas… de dudosos orígenes las más de las veces. Ser masón es ante todo ser humilde. Tener la mente abierta al conocimiento nuevo y viejo. Libre de ataduras y de prejuicios. Y amar a los semejantes por los que son, hermanos nuestros. Cuando un masón se burla de otro… no es un hermano en la VIRTUS UTEM… es simple y llanamente, un defecto congénito de nuestra logia encanallada que hay que tratar, que debe aprender en que consiste S.A.P.I.E.N.T.I.A. Porque S.A.P.I.E.N.T.I.A. no es tan sólo La Gnosis de unos ritos simplemente, es una profunda introspección de La Mente, La Memoria, y El Pensamiento de nuestra propia naturaleza de entes hombres y mujeres. Y ningún texto, pergamino o libro antiguo o nuevo con todos sus simbolismos y siglas, verdades o mentiras, historias de la Gran Historia… o, cuentos chinos… nos hará mejores masones… sólo la comprensión de lo que significa Humanidad en Mayúsculas. El ser hijos del Universo. Del Arquitecto. La misma sustancia química que cualquier otra criatura viva, animal o vegetal incluso. ¿Significa eso qué un cazador, por ejemplo, no puede ser un auténtico masón?. No… ni mucho menos… La Masonería no puede ser tan… “simplista”.
Las nomenclaturas masónicas son muchas, pero deben aspirar al menos a tres verdades, a tres aspiraciones mínimas de la VIRTUS UTEM: Humildad, Honestidad, y Justicia. No tolerancia… Igualdad… la tolerancia es el equivalente moral de la caridad… y la caridad, apesta. En lugar de caridad, debemos aspirar a la Solidaridad, como en lugar de la tolerancia debemos aspirar a la Igualdad. Y luchar por La Libertad, y no por la independencia. La independencia lleva al control de los pueblos libres, La Libertad hace individuos emancipados del control de las sociedades que arrastran a los protohombres a la mezquindad, cual miserables prototipos… de, precisamente... la tolerancia. Y todo es, así de "complejo".
Para mi desgracia nací masón, hijo de masones, de abuelos masones que se amparaban en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Y desde niño vi las herramientas por casa, el mandil de trabajo y el de las “galas” rituales, los mapas... y, me susurraron los secretos y las claves del arcano Principio U.N.O. Mi Maestro me tarareaba complaciente en mitad de La Santa Misa en un murmullo al oído: Lapis reprobatus caput anguli… lapis angulo reprobatus caput… y yo balbuceaba sin más. No entendía nada. Si hablaba, me mandaba guardar silencio… y al salir de la celebración me apuntaba mi yaya mientras me daba dinero para ir a comprar chuches: Ve por el Sol y no por las sombras, y haz por ser humilde. Yo entonces no entendía que todo aquello era la piedra angular de mi formación espiritual y personal. Durante años y años permanecí en perfecto mutismo una vez abandone mi Templo, mi infierno azul… y me fui con mi grado perfecto. Ahora todo es diferente. La vida burbujea dentro de mí su último dolor. Y digo aquello que debe ser dicho, y sabido. La llave de piedra, la más summo angulare lapide de nuestra VIRTUS UTEM, la verdadera morada del Dios constructor está en nuestra mente, ese es el Templo. La Conciencia. La Realidad Radical. Lo que debemos hacer “suma piedra angular”. Ser humildad antes tolerancia, Solidaridad y no caridad… Libres. No independientes. Aquellos que se crean mejores que un simple aprendiz… por ser pequeños masones de grados intermedios y negros, o por ser ya casi, casi… “venerables” maestros… ni son “venerables”, ni merecen ser llamados: Maestros. Y conozco a alguno. Viejos sin virtud, ni honor ni esa “tolerancia”, que dicen practicar. Demasiado orgullosos para ver sus defectos. En fin… Nadie es perfecto. Lo importante es ser sencillos. Ser ejemplo. Saber, el lugar que ocupamos realmente… el que crean los demás que asaltamos, o… invadimos… no importa en absoluto.