Definamos Lo que es arriba es abajo, y lo que
es abajo es arriba. El Principio Hermético de Correspondencia. El Sol que arde
en los cielos con cientos de explosiones termonucleares controladas por la
mecánica celeste. Con las leyes de la mecánica cuántica que el
electromagnetismo de la Tierra desplaza arriba cual abajo, y abajo… cual es
arriba. Somos Hijos del Caos y del Carbono en infinitas nomenclaturas masónicas
hechas de S.A.P.I.E.N.T.I.A. perfectamente ignorada de Gnosis y VIRTUS UTEM, pues
demasiadas veces importa más la filosofía de lo que es conocimiento, y otras al
conocimiento, se le priva de toda filosofía… dos errores iguales, un mismo
error… El Sol detona su propia bomba de fisión en cada milisegundo exacto, y
nosotros perdemos la energía obtenida…. o hacemos filosofías sociales, o
religiosas vanas. Y siendo completamente cierto que Lo que es arriba es abajo… y
que la física clásica, sigue siendo metafísicamente exacta… nos perdemos en el
llamado “Universo mental” de la Gran Mente del Arquitecto, y la mente infinita
y sempiterna cosmológica deja cientos y quizás miles de contrasentidos en la
verdad científica que son irrecuperables. El hombre es dios de su propio
universo quien lo duda, pero el hombre… o mejor dicho, el Ente Hombre, necesita
la conciencia de ser obra efecto de su propia causa, y la religión le niega ese
derecho. Y en cuanto a la ciencia… ignora todo el poder hermetista de que La
Conciencia del Ente Humano justo y libre es la esencia primordial que lo
compone todo. Porque el Universo es U.N.O. hecho de cuerdas, supercuerdas,
dimensiones que sean precisas, o hologramas hipergravitacionales. No creo que
existan mundos más allá… en la chinbamba del espacio interestelar, donde la
vida esté basada el silicio. En todo caso, ya que el Pensamiento grita su
quejido de hermandad e ilustración, diré: Que mi sinergia vibra como órgano
creador y constructor de la vida. Que entiendo como sapiens ese concepto de que
Todo es ilusión, más como memoria de especie no acepto lo de que Nada es
ilusión. De modo que nuestra vida es arriba, cual es abajo… Lo que es arriba,
en los cielos que arden con el Sol, es abajo en los cielos que arden igualmente
en los cielos, bajo el Sol. Carbono calentado hasta la mínima expresión de
partículas elementales y ordenadas. Sin lugar para la política, la fe, la
controversia deportiva o social, la discusión poética o literaria, etcétera,
etcétera. Somos varios kilos de carbono hecho carne mortal y mente inmortal
para viajar al reino de los libres albedríos del conocimiento. Y más allá... todo queda reducido a palabras.
U.N.O. es Dios. Un necesario objetivo si
queréis llamarlo así. Unidad. Simplicidad. Omnipresencia. El latín guarda su
secreto de “recio” arcanismo tangencial… Simplifiquemos: La abiogénesis nos
hizo al final de una escalera evolutiva recipientes donde cavilar con inquina
de inteligencia creativa el propio origen de aquello que somos. Materia de las
estrellas, el polvo y los gases residuales de algunos consecutivos entre eones
bigs bangs, trazas de materia y energía oscura, densos volúmenes de expansión
acelerada por una formidable megagravedad... Todo lo que es arriba, al
E.S.T.E., y abajo… y, en la parroquia de enfrente. Jesús puede ser una
inspiración de VIRTUS UTEM, pero no es S.A.P.I.E.N.T.I.A., Mahoma puede ser
E.S.T.E. o lo que hay arriba y abajo… pero no es La Verdad. Ningún culto es tan
emancipador como la genuina Libertad, La Conciencia Radical… y la Gnosis. En la
remota atmósfera primigenia se crearon las primeras moléculas: Los aminoácidos,
elementos “constructores” de los ácidos nucleicos y las membranas celulares, y
ahí empezó nuestra memoria de especie. El cuento de Adán y Eva de éste universo
que es Memoria… Pensamiento y Mente. ¡S.A.P.I.E.N.T.I.A.!. Vibración constante
de cientos de nomenclaturas masónicas. Albañilería de Naturaleza y razón. Es
absolutamente vigente ese dualismo clásico de la Res cogitans y la Res extensa.
Psique y cuerpo. Una “alma” misma. Hecha de la sustancia de la Tierra, del
Aire… de Agua, y por supuesto, faltaría más… por la acción de esa fuerza
“divina” que es el fuego que arde arriba en los cielos… y que es arriba, como
es abajo… Universo Constructor. Inteligencia preclara de la VIRTUS UTEM, la
virtud máxima. La vida a partir de materia inorgánica se tiene que venerar en
el mismo Dios Solar de nuestros ancestros egipcios, celtas, y tantos otros. Es
y va, desde el culto “marianista” de La Escalera de Jacob, y las vírgenes
negras, “madres de la abundancia”… hasta el acelerador del CERN. ¿Si la vida
sólo fueran hipótesis de materialismo y puro fixismo de enfoques
experimentales, no sería el “Todo” un pobre desierto de Nada?. Y es que el
conocimiento de cierto establishment neodarwinista científico está a la orden
del día creando verdad evolutiva tecnológica y nada más. Progreso retroactivo
que se “retroalimenta” de ecuaciones y algoritmos de absoluta frugalidad.
Sobrio ascetismo investigador con sus principios. Donde se desecha el
componente virtuoso por las iniciativas comerciales. Más volvamos sobre
nuestros propios pasos: Todo lo que es arriba es abajo… y, después... Mantra: Todo lo que es abajo, es arriba.
El Principio de Correspondencia debería servir
a la mayor Gnosis del Ente Hombre, del Ente Consciente Humano… pero es una y
mil veces ignorado de por sí. Y sólo sirve, en vox populi, para el repiqueteo
cual monos de cientos y cientos de “masones” por el mundo que lo recitan a modo
de una pesada letanía que hacen dogma con cierto paganismo ignorante con su zafiedad. El
Principio de Correspondencia nos habla con base científica de lo que “vibra” en
nuestro interior tanto a nivel físico como a nivel espiritual, de aquello que
es nuestro Universo de Conciencia y Realidad Radical. También de la VIRTUS
UTEM. Del hecho de que en nuestro cuerpo haya varios kilos de carbono, más de
un 45% de oxígeno… así cual honestidad, valor, fuerza, tenacidad, y humildad. El
Principio de Correspondencia en física nos susurra de lo muy pequeño y de lo muy
basto, de como de lo muy grande se puede llegar a lo diminuto, y que como de
las partículas más mínimas podemos perdernos en la infinitud absoluta. Igual
que en el Principio Hermético de Correspondencia: El Universo de lo sempiterno
e infinito está en la Mente de Dios. El Ente Humano es todo mente en su
infinita… digamos, “incognosciblidad”. Lo que arriba… es abajo… Y hagamos un
punteo de guitarra y rock anda roll… El Sol Niño y El Sol Anciano de lo simbólico, la transmutación
de los metales alquimistas, de la comprensión filosófica y metafísica de la
vida, el conocimiento de la naturaleza de la cosas, de las leyes físicas, de las “virtudes” morales, e incluso… del progreso de la civilización humana… es, lo
que es abajo… como es arriba. La Verdad absoluta radica en S.A.P.I.E.N.T.I.A.,
ella trae La Felicidad, La Libertad, La VIRTUS UTEM, La Conciencia… Pero la
búsqueda de Dios continuará para algunos y algunas, y también la negación de
Dios será una realidad perfecta para miles y miles de personas de toda
condición y cultura. Las razones: Para unos Dios está en todas las cosas, o les
ha proveído de parabienes… y para otros, Dios jamás les ha echado ni un puto cable, y además permite el mal y está con los cabrones que dirigen éste cotarro sistémico. De
modo que hablar y hablar de que Dios reside en nuestro infinito mental es joder
miserablemente la marrana a cierta ignorancia colectiva que está muy a gusto
refugiada en sus ideas “arcanoiformes”. Podemos resumir entonces una
nomenclatura masónica en la que el Principio de Correspondencia consiste en
que: Todo es ilusión, como enseñan las tradiciones sin tradición, y como
traición a las leyes de la S.A.P.I.E.N.T.I.A. vieja de jodido pergamino ajado… ¡No!. Correspondencia es, Conciencia
Radical de lo Real.