La Grande Babylon donde vivimos es esa torre
donde algunos rastafaris hipócritas de un supuesto neobabel cultura existencial
tratan de hacerse autobullying a su propia y “divina” humanidad diminuta. Cual
soberbios adolescentes ingenuos fagocitados por un capitalismo de acoso donde
las diversas lenguas de separación de los grupos humanos intelecto-místicos han
sido aislados en cada uno de sus estadios de simplicidad por su propio Dios. En
mis tiempos estrictamente decíamos: “Paso”. Pero cuando ya has “pasado” de
ancho los cincuenta y te la suda todo, distingues de lejos la modernidad del estribo-inútil…
del tonto en salazón a cualquier edad, y al orate iluminado y desequilibrado.
La Grande Babylon es donde ya no precisas Pirámide Opaca en tu reemplazo de
urbanización, La Realidad Radical sabe a ese lugar que parecía tan lejano, donde
poder ser, lo que se es… Y El Libre Albedrío de El Dios Constructor Arquitecto
del Universo es la playa metaconceptual donde tumbarse al Sol entre Jamaica y
Eritrea sin Señores de la Guerra dando el coñazo un día sí y otro también. Ya
conoces todo el mundo, ahora es hora de vez el puzzle enmarcado en la pared del
universo por un breve segundo antes que un agujero negro lo engulla en
múltiples dimensiones incoherentemente perfectas y caóticas. En algún lugar sin
definir será un trozo de Picasso temporal con azar determinista, y en otros no
habrá tiempo ni una puta casualidad, únicamente recuerdos aislados de memoria
que se perderán tras una o dos puertas rotas de la vieja atalaya. Vigía desde
las alturas pulcras del Gran Océano Cósmico de la Humanidad en Mayúsculas. Yo
desde mi monda coordenada cartesiana 0.0000 observo éste devenir de sed calmada
con agua tibia… resulta estimulante el no quitar ojo y estar a un mismo empeño
sin cien de los mismos.
De La Grande Babylon que cada cual parta al
destino por sus caminos, acumule sus “riquezas”, y crea sus propios
“fantasmas”. Cada cien pasos miro atrás y todo está bien. La luz del fuego me
reconforta, y un intenso sabor amargo a resurrección de agua con lúpulo, y clootie dumpling me teletransporta hasta La
Enterprise del Señor Montgomery Scott nacido un 3 de marzo del 2.222 en
Linlithgow. Porque siempre hay un día para dejar de hablar de la cantería y el
papiro, de la verdad de Delta y los algoritmos de la suma en el sistema decimal
épsilon de permitividad en los positrones. Y es que es un científico
impertérrito a los “ojos” del pensamiento gnóstico, que las ideas más sencillas
siempre surgen los ingenios matemáticos más complejos. Un Risch cualquiera que
sirva para encontrar la expresión de la integral de la función en una
partícula elemental de La Grande Babylon sin Fourier. Mas la causalidad de las
mil lenguas al mezclarse quiere que en Rusia comenzaran a reinar los Romanov el
día que en Madrid se inauguró el Banco de España, o se promulgaba La Ley del
Descanso Dominical. Y sólo diré al final del hexagrama, que los ángulos no
hacen al triángulo… sólo los grados, ni tan siquiera seis líneas horizontales
bien apiladas. Cual el Sello de salomón, poderoso talismán, unión de cielo y
tierra, hombre y mujer… ¡Ja!. ¡Y qué más!. Aire y fuego cual espíritu…
“Espíritu santo” del cristiano. ¿Y si lo llamara… Antimateria?. En el interior
del centro del hexágono cognitivo está la fluorescencia y el albor de La Grande
Babylon. Seis disciplinas.