Duermevela de un esclavo

Duermevela de un esclavo

La verdad es poliédrica


La verdad es poliédrica. Regular y no regular. Realidad Radical y realidad ilusoria a un tiempo. Tetraedro regular, hexaedro, octaedro, dodecaedro e icosaedro pitagóricos. El espacio es curvo. Se expande en dos y tres dimensiones desde esferas y círculos helicoidales a velocidad infinita. Es una ilusión perdurable y casi, casi eterna. En ella no hay cilindros rectos, pero si conos rectos y troncos de cono, como hay pirámides regulares mas no… troncos de pirámide… o, tal vez sí, en paralelas líneas de tiempo azarosas de dimensiones que ni nacen ni acaban, aparentemente. Tal vez nuestra Humanidad sea tan poliédrica cual su “verdad aparente” y así mismo la Radical que un Dios Constructor del Universo diseñó en su memoria de polígonos, formas, Pensamiento, Memoria e Inteligencia. Yo personalmente ya he huido hacia delante y me niego a ser la unión de tres bandas de triángulos, un equilátero humano y filosófico de los centros de equilibrio de cada visión… además a veces, creo que me faltan datos objetivos humanos. Mejor olvidar, ¿no?. Olvidar que un día fui Maestro, hijo de los hombres… caminante en ésta Grande Babilonia. Donde trazos regulares y pirámides pentagonales, y prismas cuadrangulares reflejan la luz del Sol. Y donde de carbono inanimado hemos pasado a preguntar la verdad de nuestra existencia como especie mirando a Dios directamente a los ojos como primates perspicaces de hábiles extremidades hechas para la guerra y la clarividencia de manejar maquinarias de ciertas complejidades. ¡Por ello, la verdad “ilusoria”, es poliédrica!. Lo sabían en la antigüedad más remota, pero a día de hoy se desconoce casi del mismo modo que damos por consabida la respuesta a la X de 3 + X = 5. Es la bipolaridad. Irónico.
En el sentido de la geometría clásica el Universo es una especie de Banda rock... de Moebius y no es, un cuerpo de caras planas que recluyen su volumen sempiterno. La base trigonométrica del cosmos es una irradiación constante y violenta en expansión de la “geometría del espacio” y el tiempo. Sarcástico tal vez también sea el hecho de la triangulación de las estrellas, para medir sus puntos geográficos y la navegación por cuadrantes en ámbitos precisos y "terráqueos". Quizás los viejos maestros canteros que apilaban bloques con poleas arcanas en arcos de medio punto sabían más de la conformación de la bóveda celeste que cualquier visionario nuevo explorador con un espacio complejo con su transportador en grados sexagesimales para los que la Seked del Cinturón de Orión es la maldita cotangente del ángulo la base de Kefrén por los codos medidos de la cara norte de Keops partido por la distancia en años luz hasta Rigel. Posiblemente comprensiones iniciáticas en orbitas de Saiph o Sigma Orionis, tengan ya su propia nomenclatura para un repertorio regular básico de algunas “verdades poliédricas”. Y miren océanos de aguas claras y se pregunten que hay más allá de esos puntos luminosos y errantes. Pues la Babilonia del Libre Albedrío, la misma Realidad Radical de aquí, de mi coordenada cartesiana 0.0000 y del ingenuo centro de la creación donde es indiferente el leer Moby Dick o La Santa Biblia. Llamarse Ismael, Dios, Alá… o no tener Señor. Alnitak puede ser ese rey mago que llevo el “oro”, a lo largo de toda una noche de invierno secreto de estructuras de plasma, arena, polvo y silencio.