La inteligencia es un don precioso. Pero poder
hablar no le convierte a uno en inteligente. Las capacidades memotécnicas,
tampoco. Ni los títulos ni los expedientes, ni tan siquiera la brillante
exposición de las ideas. Dicen que la inteligencia es la facultad de la mente que permite el aprender,
entender, y razonar la toma de decisiones, y que en Charles Darwin están los
orígenes sobre la importancia de la expresión emocional para la supervivencia
del individuo inmerso en una sociedad de autoconciencia y autocontrol, todo contra
el sujeto que estructura empatía y determinadas actividades sociales. Ser
pensamiento es parte del Ente Humano y eso determina todo un universo cognitivo
de bondad y maldad, bien y mal, positivismo y negación, que es memoria e inteligencia… pero que
juega un perverso deporte de masa que cree que su organización intelectual es
fortalecida por la preeminencia como conjunto general. No podemos llevar una
peonza a girar en una dirección y en otra, en un sentido… y en el contrario… o,
¿tal vez sí?. El Universo es determinista, Dios Constructor Arquitecto del
Universo, no. El Maestro de las Obras, no está involucrado en un azar propio de
los estados del Sistema, es La ecuación
de Schrödinger con su mecánica clásica y caótica. Quizás una Realidad Radical
de la Gran Humanidad no determine el hecho de que cada momento futuro esté
establecido y fijado por el previo… pero El Albañil a colocado cada piedra de
su obra aleatoriamente de un modo inteligente como un muro de carga global que
sobrelleva el peso de grandes fuerzas naturales. Y ahí está ese rasgo de la
inteligencia. También en ese estocástico humano en términos de probabilidad con
acciones previsibles en procesos aventurados. El Sistema admite una medida de
probabilidad, de Pensamiento “divino”… Memoria de Especie.
El salto
evolutivo del "dominante" es inherente del mono hombre al ser hombre. La peonza sólo
lleva una dirección. De la física al oscurantismo, y sale de la física y del
oscurantismo, para negar y aceptar la verdad de una ilusión a medias. Un
metareligioso puede admitir el dogma de fe que supone el aceptar a Jesucristo
con el Hijo de Dios, y de un mismo modo “acceder” a la diabólica tecnología que
supone un paradigma científico para pregonar su palabra. Redes sociales, medios
digitales, televisión vía satélite… Incluso quizás acepten una o dos
dimensiones “metacartesianas” de la realidad aparente. Tal vez, con su memoria
de especie agudizada, y es porque la verdad es terca y testaruda. Obra de
carbono y calor. El Maestro de Obras fija el plano, y los hombres ejecutan.
Hombres buenos de una Humanidad con mayúsculas. No les pidamos a los aprendices
su contexto sesgado… sean gente santa o paganos. Porque el maravilloso don de poder hablar no
le convierte a uno en inteligente, únicamente en gorila hábil. Tal vez, hasta
emocionalmente capacitado para el éxito. Desgraciadamente con el tiempo se debe
abandonar la cobertura mecánico-social para encontrar verdades complejas. Desde
la negación de Dios sin farisaísmos ateos simplones, hasta encontrar a ese Dios
Arquitecto Universal. El que "expande" cual fuerza natural desconocida el cosmos
constituido por miles de partículas elementales que repudiamos, al menos en
parte por barbarie y tosquedad irrefutable. Y mis equivocaciones son el camino
del ego roto y la humildad que preciso, la belleza de las cosas la comprensión
de ésta obra máxima… Todo está contemplado en su justo lugar. Como esa enorme masa
finita de un agujero negro que no deja escapar la luz curvando su gravedad temporal
mas emite radiación cuando protones y electrones se fusionan. El hábil primate
observa esa implosión de neutrinos desde un fuego de campamento terrestre…