Duermevela de un esclavo

Duermevela de un esclavo

Expatriación humana (Preguntas)


Preguntas, preguntas, preguntas… La base del conocimiento es la pregunta, y no hay preguntas incómodas cual se suele decir, sino respuestas embarazosas. Pero algunas preguntas se deben autoresponder primero, encontrar por uno mismo la respuesta, sin ofuscaciones… sin obcecaciones en el pensamiento, sin ceguera de dolor en la memoria… con la mente libre de prejuicios. Las preguntas son peligrosas, las respuestas más aún. Si preguntas demasiadas cosas no avanzaras nunca, el agua no fluirá y se estancará. Te contaminarás en una haraganería de tiempo perdido. Y vagabundearás entre desilusiones y amargamiento cainita, siempre que la respuesta no te satisfaga. Quien no especula y recapacita por si mismo, y sobre si mismo termina aferrándose a mentiras que teje y teje sin parar. Tristeza, desengaño e infelicidad, aunque tenga de todo. El desencanto es la última estación de la apetencia humana. Y no codiciamos la verdad, ansiamos la respuesta fácil que nos libre de ver cual es el reflejo de aquello que realmente somos. En mi vida he perdido demasiado tiempo que me es exiguo en mostrar un camino. No un fin. He reflexionado mucho a lo largo de los años, y he tenido la bendición de decir muy poco… ¡Y así debe de ser!. La humanidad no quiere conocimiento, sólo ansía respuestas satisfactorias. Como… ¿quién soy?, o… ¿de dónde vengo?. Aferrarse a la carne mortal. Y descubrir de quien eres hijo. Tu mente tiene todas las respuestas. Como nunca escucho aquello escrito para dañar el espíritu. Esas personas que son consumidas por su propia rabia, infectan la bondad… la propia y la ajena. O se huye de la sangre infectada, o te emponzoñas de respuestas y afectos que te nublarán los sentidos. La estupidez es corrosiva. Y tarde o temprano nos alcanza... si no huimos de la ilusión. El eje torvo del Ser.
Afortunadamente estoy a salvo. Callo, porque la verdad tiene aristas. Y hasta aquellos que más amas y quieren saber utilizan fuerzas que no saben dominar para dañar lo que dicen más amar, son reos de sus propias obras. Da igual que los avises cien veces del peligro de la supremacía, del predominio y la fuerza. Obrarán con la ventaja que no les pertenece, y darán a esos que no merecen ni honor ni recursos el bien precioso de la bizarría y el arrojo. No se pueden arrojar margaritas a los cerdos y dar de comer las cosas santas a los perros. Como no se puede poner la hermandad humana por delante de la libertad de los hombres… primero está la libertad, ¡y si no se comprende eso!... Pues no importa nada más. Pensar es lo primero. Pensar en todo. En todos. No se puede servir a la propia causa de uno y a todos los demás. El altruismo parcial es el pan de aquellos que no tienen hambre. Claramente hay dos opciones: O honrar a tu familia, a tu sangre, a tu propia estirpe… con sus defectos y sus virtudes; o desprenderse de las ataduras del hombre, de los correajes del servilismo de aquellos bendecidos de por sí, y darse a una compasión rota en mil pedazos antes de empezar y en la que nadie quiere comprometerse verdaderamente para cuidar y abastecer sin descanso. El amor no es apego, el amor no es tributo ciego… el amor es liberación, Dios Constructor del Universo nos ama a todos de similar modo, libres e iguales. Hombres, mujeres, niños, hijos, madres, nietos, padres, cuñados, suegros, hermanos, animales, bestias y plantas. Podremos hablar de colores, rituales malditos y preguntas sin respuesta. Hay 320 secretos, pero algunas cosas se deben ver y sentir dentro de uno mismo. Y además, nunca se puede venerar a un maestro con la boca chica e insultar con el aborrecimiento de un agravio. Ver la paja en el ojo ajeno siempre, siempre ser el lastimado, el herido y la queja permanente.