La Euro de fútbol prosigue en Francia. Mucha
seguridad y los hooligans inflándose a leches. Pocos goles, las estrellas
reventadas como lo que son, caballitos trotones en manos de clubes propiedad de
millonarios caprichosos de las joyas de sus coronas. Treinta y dos equipos,
mucha mediocridad balompédica y que siga girando el negocio. No deja de ser
política… de la que práctica el millonario bandarra Donald Trump con los catetos
racistas de “cuello rojo” en los EE.UU blancos de América… de la que cantan a
“necierío” hispano los varones sin pedanía aun de un PP cansino cuando hablan
de modelos y de radicalismos. Que hay más radical que hundir en la puta mierda
a tu propio país y más caradura y geta que dejar sin asistencia a tus
conciudadanos más vulnerables. España, la “gloriosa”, unigénita, pero plural… se
caga en los muertos de ese Piqué que remata a gol un pase de Iniesta. Puro
surrealismo daliniano. Un “independentista” catalán da sueños futbolísticos de
gloria bruta a la patria picapedrera por La Via Appia de ese Espartaco manchego sepia del Barça eterno… No
deja de ser tangente política. Como la ilusión de caudillismo de Albert Rivera,
que quiere ser más blanco que un átomo de carbono estallando en la fisión
solar. Blanco como la nieve blanca. Blanco nuclear… Nuestro Donald Trump sin
tupe ni corbata, mas vistiendo de correctísimo grana y oro. Siempre lo primero el carbono (12C) que
se fusiona con un protón sociata para formar nitrógeno… Les gustaría ser,
desean ser Iniesta… pero son Arbeloa. España es un país de millones de
arbeloas, de espartanos sin cojones, sólo de boquilla… para marchar a Las
Termópilas… Pues éste país es La Casa de Bernarda Alba. Envidia y rencor.
Fútbol,
literatura y política. Como la vida misma. Benedetti y sus pelotas, Chillida y
sus paradas en La Real Sociedad donostiarrak. Grande esa frase del uruguayo
universal: Un estadio de fútbol vacío es un esqueleto de multitud. Un país
esqueleto de clase política es un estadio lleno de hooligans gilipollas, y La
Casa de Bernarda Alba. Donde los bancos han tejido las insidias con dinero muy
negro de candidatos de camisería muy blanca, donde trajes muy bonitos tapan las
vergüenzas de los que deben lealtad de perros fieles. Lorca trazo fielmente la
realidad cosmogónica de España, y lo asesinaron por ello en la oscuridad de la
barbarie de todos los tiempos, cual maricón de Orlando fusilado por el macho
alfa radicalizado. Y hasta en ese “charco” meterá sus pies de Orco de Mordor un
Trump “cualquiera”, un Rajoy, un Rivera, un "megaArbeloa" cono-cido, o… un puto
dinosaurio tardofranquista del Jurásico actual de lo falsamente políticamente
correcto donde manda lo fiduciario. El Piqué que marca es el enemigo, El
Iglesias estudioso; en ésta "España de los siempre" los lorcas son inherentemente peligrosos al Sistema requetesistémico, los
Benavente inútiles rentables. Figurines literarios, figurines políticos,
“figurines” futboleros… En España ser “figura” es el sueño de padres “pobres” e
hijos de la envidia-cosmos tan española donde se cree el putañero ladrón que todos son
de su villana condición. Donde callar a un "necio" es necia empresa voto a Dios... (que me espanta ésta grandeza) o como diría Rosalía de Castro en un país de cardos sin metáforas: La que ayer fue
capullo, es rosa ya, y pronto agostará rosas y plantas el calor estival. Y no deja de ser política el alzarse del Rey de
los Monos en celebración de dioses paganos, el degustar el tras de un ciudadano…
del Mandril apesebrado y la literatura retórica de gloria de un gol en la Esparta de los esparteros.