España es una habitación vacía. Con eco. La
desfachatez… pensar en ella como un club de eruditos. España lleva años en
barbecho investigador, letrado, pensador… hay mucho agricultor, mucho azadón…
pero poco arriero. España se ha civilizado demasiado, pero tiene escasa
cultura… su rizoma es nulo, es la España tubérculo de raíz venenosa. La que hay
que cocer de más, porque está cruda… y no le falta un hervor, sino varios. Y
cree que empanar con luces cuatro letras es suficiente. España es una
habitación vacía donde hacen un corto y lo llaman cultura… donde una batucada
es también cultura, y la poesía tabernaria de tercio de cerveza… y bajarse unos
leggins recitando párrafos completos de La Eneida posiblemente una performance.
¡Pobre Virgilio!. Y es que en España tres cosas tienen premio: Ser tonto, saber
rodearse de iguales… y hacer un combo. La civilización la han traído las redes
sociales, Internet y los móviles. Ya estaban los árboles para chatear tumbados
a su sombra, sean estos pinos o sauces, que lo mismo da olmo viejo hendido por
el rayo que eucalipto con koala de meritorio accesorio. Pues España, es una
habitación vacía. Con su primacía y prelacía. Tan digna, su abogacía como su
supremacía. Y des facha tez de cura y santo, político y canto… poeta y canuto,
intelectual que muere a balazos… de silencio y gloria de envidia entre actos. Se
escribe tanto y tanto bocadillo sin relleno, pan con pan de idiotas… que me
pregunto que tomar para beber entre tonto tanto. Si fútbol con palomitas, o si
palomitas en el parque desolado viendo los columpios vacios de columpiantes, y
sombra activa. Pues ésta España erial ya vislumbra su salida, su tristeza y
corchea de un día. Su música de Mozart chocando platos con el resto de la loza,
y la vajilla. Batería de cacharros sin morfema. Percusión de necia estofa.
Hubo un tiempo sin comprensión oral en el que
mi Geronimo Stilton se llamaba Platero y era una cucaracha en metamorfosis de
ente humano diminuto. Y La Regenta vivía en una Vetusta Hogwarts… con la magia
de Los santos inocentes, y Fortunata y Jacinta… Una batucada era The mule de
Deep purple. Y un corto La ducha en Psicosis. Y el mejor de los agradecimientos
el que dio a la Academia de Hollywood Alfred Hitchcock cuando recibió su Oscar
Honorífico a toda una carrera, tras años y años, y años… de negárselo obra
maestra tras obra maestra… Dijo simplemente: Gracias. Es como leer Los
intereses creados en la estación de tren de Collioure y vomitar… y seguir
camino al Languedoc despacio, sin prisas. España es La habitación de Arlés sin
sillas. Sin hidalgo ni escudero, sin Paco El Bajo ni señoriíto Iván, pero con
sus ocho apellidos vascos… Sí, de
Vitoria, ¡pero ojo!, que tenía… continuación. Porque hubo un tiempo de cultura
sin torrentes, sin series, sin zombis ni embajadas ni costuras ni presas. Cuando
el teatro no era gay ni hetero, era teatro, y el cine no era chick flick ni underground
ni independiente… ni, de Lars von Trier,
(que tiene nombrazo así como de SS) sólo bueno o malo. Yo me quedo con Calle
Mayor y Calabuch, La strada y Mr. Smith goes to Washington. Me aburre la
cultura del píxel y la civilización de la poesía de lúpulo. Pues una jam, ya no
es algo “improvisado”, más bien todo lo contrario, un “outlet” de mediocridad
al cubo de escupitajos del perdedor en un rincón de ring del verso revuelto. ¿Dónde
quedaron Walter Scott, Dumas, Verne, Asimov, Bradbury?… En el fondo del mar,
matarile rile, rile… con Bob Esponja. Es lo que pasa después de toda una vida
escuchando a Bach y Los Stones… que Malú no te entra "pa' siempre".