Buscando la caquita en los pañales de la civilización andamos unos y otros: Es rock and rock: La humanidad reaccionaria que siempre ésta
presente para dar fe y testimonio de que son un puto coñazo está cayendo ahora
como antes nunca en la irracionalidad más absoluta. ¿Qué sentido tiene pedir
judicialmente la prohibición del velo islámico, o la enseñanza en los colegios
de la religión tal o la creencia cual, o el negar a una mujer qué se bañe en
una playa mediterránea en trikini de ganchillo, burkini o tal como su madre la
trajo al mundo?. No me puedo creer que en el siglo XXI aun haya hombres y
mujeres caminando por el Planeta Tierra con un ideario de moral caníbal más
propio del siglo XII, que de estos tiempos actuales. Y no lo digo sólo por la
comunidad musulmana que desde los días de Averroes hacia acá ha pegado un bajón
intelectual importante. Lo digo también por la comunidad “letrada” e
“ilustrada” bien pensante de ética religiosa
cristiana-occidental-ateo-científica que se escandaliza de cosas que deberían
pasar como hechos circunstanciales de mentes pobres a las que no se debería
prestar ni la más mínima atención. Porque a mí personalmente que tal o cual
prelado, obispo o cardenal, incluso imán y no de nevera ni magnético precisamente... ponga en valor que para visitar una catedral tengo
que vestir en la calorina de pantalón largo, cual una mujer taparse los hombros
para visitar una mezquita me parece lo más parecido a un atraso medieval…
ninguna falta de respeto a los respectivos dioses… Me pregunto no sin cierto
sarcasmo: ¿Qué dioses estúpidos impondrían reglas tan necias para ser
venerados?. Se ofende a Dios porque haya calor y una mujer lleve una camiseta
de tirantes, y un hombre unos pantalones bermudas... o es el pudor insano y la
castidad mental violentada de espiritualidades calenturientas lo que es profanado
por la visión de la carne en todo su esplendor "morboso"... Unos hombros entre los que
Satanás mueve su rabo con un riff… unas rodillas bien torneadas y morenas de un efebo de
bronce con hechuras de monaguillo, Monseñor… raff...
El otro día veía la película Star Trek, en la
oscuridad y sus primeros planos secuencias de una civilización de papiro y lanzas siendo
salvada del exterminio por los chicos del Capitán Kirk me recordó tanto el
estado en "pañales húmedos" en que se encuentra aun la especie humana. Y lo digo
precisamente hoy domingo que no voy a ir a misa, (¡vamos!, lo habitual) y se va a hacer santa de La
Iglesia urbi et orbi a la Madre Teresa de Calcuta por los servicios prestados. Siento que
hay muy pocas personas que merezcan en el mundo más reconocimientos que esa
gran mujer… pero, hacerla santa sólo es otro golpe del mazo cavernícola del
Vaticano en una Atapuerca o Altamira de ésta infancia del misticismo de nuestra
joven especie que como los humanoides de la película antes citada después del
encuentro sideral se arrodillaban como los musulmanes más "fanatizados", ante un dibujo en la
arena de la nave Enterprise. Y la prueba genuina de que ésta humanidad en
pequeño aun está en la hora del destete de su edad civilizadora es el hecho de que
su temprano ateismo “irracional” tiene más de rencor hacia los hechos digamos
fervorosos y sus mentiruscos oscurantistas… que una sólida y entretejida base
científica. Quien se cree, y es un ejemplo vano... esa cosa de Adán, Eva, y una manzana que no es la de
Apple ensamblada en la República Popular China… pero, alguien… algún ateo
convicto y confeso acepta de igual modo que se creara materia orgánica a partir de materia
inorgánica, materia animal y vegetal a nivel subatómico. La evolución química de
las moléculas de carbono en un caldo primigenio a partir de la propia radiación
solar. O lo decimos en lo simplemente fácil: No creo en Dios. Punto. La
abiogénesis si algún paleto ilustrado y ateo no lo sabe es el proceso natural
que dio origen a la vida. Y todo empezó con procesos astroquímicos simples. Porque
el Dios Constructor y Arquitecto del Universo si juega a los dados… y, al
Poker… detrás de la última puerta cerrada. Algo muy, pero que muy…
presocrático, diría.