España necesita un partido de putas ya, sus
hijos no se ponen de acuerdo. España necesita reformas ahora. En sanidad, en
educación, en todo eso relativo a lo “social”. No puede ser que unos padres
cualesquiera de éste país se tengan que gastar 300 euros en libros para una
niña de siete años que estudia en un colegio público, comprar tres libros para
lengua, tres para matemáticas, incluso libros para manualidades con sus
cuadernillos a 28 euros de vellón cada librito. Es indignante. Que vacunas de
enfermedades graves estén fuera del calendario de vacunaciones “oficial”. Y que
si unos padres quieren vacunar a sus hijos de tal o cual enfermedad por
seguridad se tengan que gastar 108 euros mientras el Gobierno de su país se
pule en sobornos y mamonadas varias lo público sin el más mínimo rubor. En
cualquier maldito país de nuestro entorno, en el llamado “mundo libre”, un
dirigente como es el Presidente del Gobierno de Españistán del Sur como mínimo
estaría no sé si autodimitido por simple vergüenza torera y camino de
Villacandado… pero aquí se permite dar lecciones de buena gestión, de moral
intachable, pone de candidato de su partido a unas elecciones en su comunidad
autónoma natal a un sujeto que se ha fotografiado de vacaciones junto a narcotraficantes…
y aquí, repito… ¡aquí, no pasa nada!. Se le vota a él, a su adjunto, al alcalde
que trinca de aquí y allí lo que puede… y son los vecinos el alcalde. ¡Mierda
de Fuente-ovejuna, (y lo escribo a propósito en separado y con guión) de
gilipollas, en que han convertido éste país!. De modo que para cuando un
partido insisto de las putas al que votar decente… porque lo indecente es
seguir votando a sus hijos… que por inacción, por acción, por hache o por
béeee… o por chéeee, o por X… no hacen una ni a derechas ni a izquierdas. ¿Cuántos
padres podrán dar una educación “digna” a sus hijos a día de hoy… al menos de
la calidad, qué ellos tuvieron?. Dos, tres, seis millones de españoles. España
al menos tiene doce millones de pobres… ¿a cuántos miles de niños condenamos a
una vida de miseria para que unos cientos de fascistas medren dichosos en ésta
“dictablanda”?.
Nunca se me ocurriría decir con la boca
“grande” que odio a mi país… no lo odio, lo venero; sólo “odio” en que se ha
convertido, que han hecho de él el ansia de la riqueza, el falso patriotismo de
unos miserables, y la estupidez paleta hasta el Master en Gañanía, sinvergüenza
e ignorante de algunos millones de ciudadanos acojonados y torpes sin alma ni
escrupulos que lo han puesto al pie de los caballos… ¿Y ahora qué?. ¿Quién se
come el marrón de restaurar lo quebrado, de devolver lo robado, de afrontar los
retos del futuro qué no se vislumbra entre las ruinas de lo derrochado en ésta
fiesta para un Rato, y unas cuántas ratas?. Mejor no dejemos que las putas
hagan un partido y tengan encima que cargar con el megaproblema de solucionar
los “entuertos” de la nación, "encima" o debajo... que tienen que soportar muchas de ellas "encima" a tantos políticos, empresarios, tertulianos babosos… y obispos obesos,
y demás etcéteras que desahogan sus derechos de pernada de “amos del mundo” con "ellas". (Hoy lo de "hijos de puta", es sacrilegio) Porque ya lo dijo uno de esos mezquinos cabrones sin entrañas de una de
esas muchas tramas de corrupción del país… ciertas cosas se celebran con "volquetes de putas", y con tarjetas negras se pueden comprar desde imaginería
religiosa hasta invitar a copas a señoras meretrices en templos paganos de
lucecitas, y luceritas. ¡Qué invita la borreguna!. Lo público gastado en salvar
el sistema bancario, que éste aun no nos ha devuelto… con el que especular en
el mercado de las armas… por ejemplo. Shhhh… silencio, alguien escucha.
Vasallos al servicio de la canalla entronizada… ¿”quilosáaaa”?. Y sobre, y por
todo… ¿quién es el loco?. ¿Quién el tuerto… en el país de los ciegos?... Peor,
aun… en el país, de los gañanes sin mierda en las tripas… porque lo dejan todo
en el colegio electoral cuando votan, y se creen que con su desvergüenza rinden
servicio y honores a la patria agradecida. Demos un trago de agua helada de la
nevera, y traguémonos éste sapo. ¡Otro más!. ¡Bueno… hoy es domingo, y sabéis…
no voy a ir a misa!. Quizás me duche, o quizás no… lo mismo, hasta veo una
película.