Duermevela de un esclavo

Duermevela de un esclavo

El Libro Blanco de la Masonería (Parte cuatro: Mensaje en una botella)


Los soldados mueren. Se les "prepara" psicológicamente para morir. Pensaba ahora mismo en ese francotirador británico que de un único disparo ha matado a cuatro miembros del Daesh, y en los sesenta soldados sirios que los EE.UU. han asesinado confundiéndolos con fuerzas del Estado Islámico. La guerra es muy perra, en simple. Pero un soldado es sólo un arma de violencia individualista de pensamiento y obra desatada para un fin: La aniquilación, ¿no?; 400.000 muertos en la Masacre de Siria son muchas manos de políticos y "mariscales" en cuarteles generales de la violación universal de los derechos de los "sinderechos que llaman humanos" manchadas de sangre. Y presidentes, reyes, congresistas, senadores, jueces, y demás gentuza que vuelven las caras a la indignidad más absoluta. Y Siria sólo es una muesca en la roñosa arma que apunta a la sien temblorosa de un mundo inmerso en una guerra global contra sí mismo. En Sudán del Sur una auténtica crisis humanitaria se está larvando ahora mismo. Y la ayuda humanitaria está parada en un disco que no cambia a ámbar. Y la ONU mata con su inacción, los hermanos… aquellos que tienen las putas posibilidades de cambiar el status quo de toda esa “violencia” silenciosa no hacen absolutamente nada de nada. Los soldados mueren, y sí, se les prepara psicológicamente para morir por la patria, por Dios, por la justicia… mas mueren por gentes por encima de ellos que carecen de honor, por patrias de borregos mal nacidos que sólo piensan en ellos mismos y sus familias de mierda y en sus pequeños orbes consistentes en sus trabajos, sus niños, y sus barbacoas y salidas de los domingos de libranza para gloria de un Dios en el que no creen… algunos mueren para que muchos vivan felices en el engaño de una pequeña humanidad dichosa de ser un espejismo irreal con restaurantes de comida rápida grasienta, cines de sesión en "núcleo", y limpieza dominical del habitáculo-madriguera. ¿Justicia?. Los pobres de aquí no se cuestionan si lo que mata en África o en Oriente Medio es lo correcto o no, sólo quieren sobrevivir a su miseria. No les culpo. Ellos son tan inocentes como tantos otros. Domingo otra vez, misas, mentiras… otra vez los “mismos cómplices” rogarán al Señor, por nada, y Dios… callará.
¿Por quién tienen que morir más hermanos de infortunio, no sé... en Asia?. ¿Por qué razón vil hay que regar el mundo de "bilis"?. Oro, plata, casiterita, uranio, petróleo, gas, poderosas razones todas ellas para armar a los pobres y enriquecer a intereses bastardos de hombres “libres”… Os podría decir que la masonería está limpia de culpa, pero no es cierto. Conozco hermanos que participan del maldito villano negocio de la muerte y la guerra. Tan culpables como yo mismo en mi pequeña parcela personal e intransferible de caqui y obediencia debida lo fui en su día. No me voy a quitar ni un centímetro... ni el ápice, de mi propia culpa aunque el final “honorable” de un soldado sea morir en combate y no de estreñimiento y viendo como se le van cayendo los dientes y los pellejos como si fuera un puto zombie en The walking dead. Mi Dios Constructor del Universo, mi fiel consejero Arquitecto Supremo me preparo bien para entender El Gran Libro Blanco de la Masonería y todo lo que significa el Reino de la Conciencia de una Humanidad Suprema, pero yo únicamente soy la oveja negra que bala en mitad de la recua más gris. Todas las demás ovejas blancas, sin macula, las que irán a misa hoy a darse golpes de pecho, y las peores aun que no creen en nada “divino”, pero sí en la “divina” naturaleza del descanso dominical, pensarán en lo bien merecido que tienen su desahogo de siesta, limpieza, comida en familia, cine, y parrillada bajo el "Sol Protector" de hombres y mujeres que mueren por ellos en algún lugar de éste maldito planeta llamado Tierra. Nada les importa salvo ellos mismos. Y se llaman a si mismo: ¡Humanos!. Humanos… ¿Humanos?. Creo que ya he estado entre los pequeños “humanos”, demasiado tiempo. Incluso, entre hermanos podridos de avaricia y "falsa honradez"… a los que dirijo éste mensaje en una botella. Quemar los pergaminos, hijos de la gran putísima... y limpiar vuestro conocimiento de mentiras bastardas. Si no empezáis a daros a los demás todos pereceréis. ¿Cuándo perdió el Ente Humano su capacidad de entender la vida cómo la interrelación de todas las especies y criaturas vivas de éste inmenso cosmos dónde todo está unido por infinitos lazos de evolución creativa constante?. ¿Cuando construyó obras para la gloria del Supremo Arquitecto el "hombre", y las “reconvirtió” en parapetos oscurantistas para el sermón de canalla inmunda e iletrada?. Para la vergüenza de la honestidad e insulto a la inteligencia más simplista.