Hay un grado del adjetivo para expresar la
intensidad. Siempre está la construcción sintáctica de lo elevado. Lo
superlativo de lo más extremo, en el “grado” mismo de la “gradación” humana.
Ese que relativo… del hermano que siempre está ahí entre el plural mayestático
de todos nosotros… Si no entendéis la broma lo siento. Somos, (la masonería)
cual negros trasplantados directamente del Congo actual, República Democrática…
señoritos de la guerra… con un teletransportador de tipo Star trek y dejados
con sus AK47 en una reunión en Tennessee del Ku klux klan. Punto. La verdad, en
lo escrito hasta ahora hay un juego críptico… poco importa. La Realidad es
otra… de que trato aquí de “tratar”… mmmm… pues tan sólo de "como"... unas
simples palabras cambian las circunstancias por espejismo, y las quimeras en
viceversa absoluta lingüista… por contextos y medios imprecisos. La vida
importa, pero no todas las vidas importan de igual manera. La realidad importa,
pero no todas las “realidades”, digamos… importan, por igual… La Conciencia del
Ente Humano se vacía con facilidad, y se completa con esfuerzos algunas veces "intensísimamente" baldíos… ¿Eso importa?. ¿La Libertad de quiénes somos realmente?. Ser
un jodido Soberano Gran Inspector General de la Orden, (U.T.O.A.A.G.I.) como
Gran Comendador del Real Secreto no consiste en enseñar, adoctrinar, iniciar,
amaestrar, ilustrar, o… imponer por los medios, y las medias... que sea preciso... a
la “hermandad”, un amor fraternal que no existe. Por otra parte un servidor hace
mucho ya que olvido la observancia debida a que se cumplan los viejos
estatutos que nada han de dictarme, las rancias normas, los antidiluvianos reglamentos, y toda clase de Constituciones
muertas en la corrupción de los papiros y templos esclavistas. Si creo que debe mantenerse
El Gran Secreto Hermético de los trabajos por La paz, El amor, y La caridad, pero ello es
misión de La Mente, La Inteligencia, y El Pensamiento… ¿Cuántos entenderán el
mensaje?. El color púrpura, el Oriente del Trono de Oro del Conocimiento y La
Igualdad. El Brazo al Norte, Las Once Luces… Que Dios es mi derecho. El
estandarte blanco en la mano izquierda y el puñal en la derecha. ¿Cuántos tal
vez entenderán qué las estrellas de alrededor de la estrella más brillante
aparte de nuestro sol… forman con sus iniciales el valor cero de inicio de un
concierto maravilloso de notas universales de rotación, magnitudes…
hipergravedades que nos agarran poderosamente a las cadenas existenciales?. El tiempo finaliza.
Shhhh… Hay un grado de “gradación humana”.
También… de, poder y de humanística degradación. Animales y hombres,
irracionales y bestias… formamos conjunto en éste paralelo de misticismos y
oscuridad. Dentro de mi triángulo de oro en el blanco perfecto de la sinrazón
de mi Ente y en el centro mismo de La Conciencia un rayo rojo arde sin poderse
apagar. Luchan en él, El Dragón de mis pecados y El Águila de mis virtudes, en
una confrontación eterna, donde bien y mal no se distinguen… son exactamente la
misma cosa, simbolismo. El Carbono de la Vida… el tañido brumoso de la espada
de plata que corta de un tajo el hidrógeno y sus sonidos elementales en trueno
brioso, cual rayos de un Sol que nos calienta y teje su corona dorada. La
serpiente de la cruz teutónica de banda azul y alma absolutamente blanca. Y el
rito agoniza, y muere. Y no me importa… Los viejos mercaderes sólo remueven la ceremonia para su masturbación nauseabunda y ese regodeo asqueroso de
proveedores de una farsa bien remunerada. ¡Ale!... dicho está. Y mi café se
enfría en la madrugada. Esperando siempre el amanecer. Rodeado de monstruos. Delta
S.I.G. Soy Miguel El Arcángel, justicia, Comandante… portador de la estrella de
nueve puntas, una más… tres triángulos de oro, Dios Arquitecto del Universo es
mi derecho. Luego, shhhh… En centro el azul celeste de la joya, una balanza del
poder áureo al que renuncio. Si dos serpientes emanan de mi coral de tierra
agonizante que implora las raíces de vida, resurgen dos serpientes más que
mordiéndose cada una su propia cola dictan al triangulo invertido que de El
orden emana el caos. Y la oscuridad desaparece. La Tierra desaparece bajo los
pies. Las estrellas en puntos diminutos y un blanco difuminado sólo susurran:
S.A.P.I.E.N.T.I.A. No ambicionéis ni envidiéis la ignorancia. No diré mucho
más. Yo soy el negro de la República Democrática de Congo con un AK47 en una
reunión del KKK en mitad de Tennessee. Bebo Mortlach de setenta años y juego a
la ruleta rusa con tres balas. Sólo las manos puras pueden portar la antorcha
con la luz de los hombres a la cúpula de éter de neutrinos en lo más alto de la
montaña-templo de la naturaleza. Sí, PP.HH… el Código ya se está entreabriendo.
Los odios del fanatismo están a punto de caer. Los que no lo entiendan, han de
buscar en el interior de si mismos… simple mente. Lo diré sin que quede lugar a
dudas: La Sabiduría “siempre” está en el E.S.T.E. ¡A.L.G.D.G.A.D.U.!.