Duermevela de un esclavo

Duermevela de un esclavo

El Libro Blanco de la Masonería: (Parte quince: Sobrevaloración...)


Con los años te das cuenta de todas aquellas cosas que tienes sobrevaloradas… en la vida en general, en el cine, en el arte… la literatura, la poesía… de la amistad, de la hermandad, de la libertad… con la política, y la mística… con el “universo” del las ideas, el conocimiento, y todos los electrones que giran alrededor del átomo de El Dios Constructor del Universo. Os voy a poner un ejemplo cinematográfico muy simple: La primera vez que vi Blade runner me pareció una obra maestra, y quizás para algunos lo sea… pero ahora, revista y revisitada muchas veces… me parece un auténtico coñazo. Un peñazo de película que se ha quedado viejuna, pesada cual un domingo sin fútbol… aburrida. A la mierda la película con su Puerta de Tannhäuser y El replicante Roy Batty y sus “lágrimas en la lluvia”. Todo está demasiado sobrevalorado… En cambio veo una película minusvalorada totalmente como es Rocky, y la disfruto… No es una obra maestra. La historia del cine podría pasar sin ella, sólo es una historia más… pero, es una magnífica historia de perdedores. Me refiero al Rocky original, no a los engendros siguientes… II, III, IV, V… que a veces pienso… ¡bueno!... y si por los menos, sirvieron, para enseñar los números romanos, a los niños norteamericanos… Pues eso… que hay demasiadas cosas mega-hiper-sobrevaloradas. La amistad por ejemplo. Siempre he envidiado a esos que como mi padre creían tener cientos de amigos al estilo de El Fary, o… tope 5.000 en plan Facebook… la vida me ha enseñado que los amigos mueren… en la guerra, en la paz, en la traición… o, entre la niebla de los años que pasan. Lo bueno es que uno encuentra hermanos que desconoce en el camino… y eso, está minusvalorado. Como la Inteligencia… Cuándo a los hombres les dejen de gustar las mujeres de pechos grandes y culos zumbones, y a las mujeres los hombres de culos prietos y torsos hercúleos… tal vez los cerebros “grandes”, y… “musculados” se pongan in mode on fire en éste medievo de la mediocridad que vivimos. Porque está claro que hiper-mega-sobrevaloramos la puñetera y jodida sociedad de consumo con todas sus soluciones versátiles: Más megas, más metros cuadrados, más omega tres… pastillas para poner duros los penes de la caballería-humana más tiempo… y no para pensar, más adecuadamente… a mayor largo plazo. Eso parece anatema di luna...
Lo sobrevalorado es todo lo que casi toda la raza humana siente como imprescindible, cuando realmente imprescindible no hay casi nada. La ropa de marca está sobrevalorada, y demasiado. Te juzgan por llevar unos calzoncillos de Adidas, o por una colonia de Loewe, una chaqueta de cuero de Armani, comprar en Amazon… o leer a Murakami. ¿Quién no ve sobrevalorado a Dan Brown, El alquimista de Paulo Coelho… Caballo de Troya de J. J. Benítez?. ¿Quién de verdad, no ve sobrevalorado a Van Gogh… o minusvalorado al Gran Diego Velásquez cuándo comparan sus claroscuros con los de Rembrandt?. ¿No está minusvalorado Stephen King… o el talento de Stan Lee?... Seguro que ellos han hecho más por hacer que el personal aprendiera a leer en los Estados Unidos que Ernest Hemingway. ¿Conocéis La Teoría Triárquica de la Inteligencia?. Para Sternberg, el hombre que desarrolló la teoría: Toda la actividad mental está dirigida hacia la adaptación intencional, selección o la transformación de los entornos del mundo real relevantes en la propia vida. (Yo añadiría, en su Juego) De modo que los Entes humanos deberían entender La Radicalidad del juego como sus tres modos de entender La Inteligencia: Uno: El modo Analítico Componencial de La Serpiente de nuestra guerra interior. Dos: El modo Creativo Experimental del Águila. Y Tres: El modo Práctico Contextual de El Dragón… Y no me voy a enrollar más al respecto… sólo haré una pregunta: ¿La Inteligencia está sobrevalorada?. Subpregunta: ¿Ésta teoría está… minusvalorada?. Yo entiendo la vida como una búsqueda continua y perfecta de los componentes de adquisición del conocimiento para reconocer metódicamente La Conciencia y encontrar a Dios en los problemas y las soluciones de cada día, entre los procesos básicos de la mente y la Gran Gnosis… En esos pequeños milagros hermanos que son conocer los fundamentos del universo que habitamos, queriendo y sin querer. ¿Cuánto minusvaloramos la verdad?. Tanto como una película de Stallone. ¿Sobrevaloramos la amistad como La Gioconda de da Vinci?. Cual si Leonardo sólo fuera una sonrisa enigmática enclaustrada en una irresoluble ecuación matemática. ¿Tan torpes somos?. Sobrevaloración… Perugino también fue Renacimiento, y della Francesca no sólo Miguel Ángel… Balar churras y merinas, balar.