Las comparaciones son odiosas, y algunas
comparaciones pueden ser pero, muy… muy, odiosas. Diría que nada puede ser
comparable al nazismo, en la vergüenza de su génesis y desarrollo… pero, sin
comprender el pasado no se puede entender el futuro y como funciona cierto
desarrollo político que no se ha gestado improvisado precisamente. Puede que
hasta escueza lo que voy a desenvolver en letras ahora mismo pero es un cúmulo
de similitudes que no puede ser casual ni causal… ¿o tal vez sí lo sea?. Adolf
Hitler en el principio de la década de los treinta del siglo pasado era un
“simpático hombrecillo” que nos podría haber causado hilaridad con ese
bigotillo ridículo… pero el “hechizo” de su oratoria era impresionante, y supo
sacar todo el dolor "cautivo" que había en una sociedad como era la germana en aquel momento
que yacía en una profunda sima, en una durísima crisis provocada por la derrota
del país en la Primera Guerra Mundial y las condiciones que los vencedores
impusieron a los vencidos. Pablo Iglesias desde luego no es ni parecido a Adolf
Hitler… ni es tan siquiera la sombra de ese demente… además, me declaro
admirador y seguidor del líder de Podemos. Pero tiene su particular “bigotillo
ridículo”… aunque en su caso sea un adminículo de “belleza”, por el que algunos
simplistas siempre comienzan su retahíla de insultos: La famosa coleta, que las
más de las veces es más importante que el “personaje” que la porta. Y cual el
fantoche teutón comparte dos cautivadoramente sencillas características más. Una: Una oratoria
devastadora… también, impresionante… que sabe ahondar en la profundidad del mensaje y el dolor de la
crisis que sufre la España sumida en el aprieto económico y de valores
generales actual. Y... dos: Como Adolf Hitler, Pablo Iglesias es un hombre de una
inteligencia indiscutible. Claro que al contrario del personaje histórico del pequeño mostachín, Iglesias tiene un poderoso caudal cultural absolutamente "soberbio". Que le da esa profundidad
humana y humanística que ordena todas las virtudes del líder podemita. Que en
sí tiene algo, sin querer ser “malévolo”… de “Führer”, guía… conductor de Podemos por el desierto, con ese cierto halo mesiánico. Aparte
de que no debemos desdeñar que como politólogo que es, Pablo Iglesias, es
perfecto conocedor de la historia de la política y de todo lo bueno que en lo
malo sirve a la expansión de una idea para cambiar el curso de la historia. Y
lo siento si a alguien le escuece lo que digo… señal de que quizás tengo tan
sólo una mínima parte de razón en esto que describo. Si algunos gilipollas se han ofendido de momento... (leyéndome, o sin entenderme... pues...) que os den "beaucoup" de muy, por el culo.
Ciertamente
las comparaciones son odiosas. Mas, Podemos no ha inventado los círculos y las
asambleas ciudadanas, esas que ya se utilizaban en su ascensión y “asalto de los
cielos” del Valhalla… son muy anteriores al auge del Partido nazi, y vienen
directamente de la antigüedad clásica. Las concentraciones ciudadanas como
forma de presión para “ganar la calle”… Aprovechar las debilidades del
socialismo “inoperante” en una crisis… el descontento de las masas… Utilizar la
propaganda no lo ha inventado Podemos ni son los primeros en ser atacados
salvajemente por los mecanismos ancestrales afines a lo establecido del cuarto
poder… Y lo vuelvo a repetir si lo que escribo produce urticaria lo mejor es
rascarse sin pudor. Pero no nos confundamos tampoco porque en la formación de
Pablo Iglesias está presente la más profunda VIRTUS UTEM. Hay un ataque indeleble y directo a los muros del Templo de S.A.P.I.E.N.T.I.A. Es algo
preclaro para el tobillo con axa del U.T.O.A.A.G.I. Y no hablo de las corrientes venosas de la masonería que corre por la sangre purpurada de Podemos, digo
únicamente que la humildad moral subyace en el alma partida que lucha contra la
corrupción emergida de los palacios del saber categórico. Lo diré simplemente:
No es Podemos quienes no están preparados para gobernar nuestra sociedad
hambrienta de justicia, empapada de ignorancia, enfangada de inmundicia… es el
sistema el que no puede soportar un gobierno de la virtud, como yace sediento
de honestidad, travestido de delirios de poder y supremacía en lo económico… hijos
bastardos de la podredumbre, ¡todos!... Vivimos en una sociedad en lo
ideológico-religioso oscurantista y timorata. Y es por ello que Podemos utiliza
el factotum de ascenso al poder que utiliza… con su Conciencia, e
inconsciencia. Su “hermetismo” post-ourobórico. Su transversalidad que la
ignorancia-barbarie mediática trata de “indefinición ideológica”. Cuando
aprenderá la cuchipandi iletrada tertuliana que los finales de los ochenta del
siglo pasado supusieron el final de las “ideologías”. Sobre el lapis
reprobatus… escribo éste breve cúmulo de palabras que puede parecer crítica y
la más reprobable de todas las comparaciones “odiosas”. Pedro Sánchez ayer dijo meridianamente
claro lo que es/era puta vox populi. Lo diré muy, muy claro: ¡Triunfaremos!. No pasarán…
¡Pasaremos!. ¿Alguien no lo tiene “claro”?. El Templo ajedrezado de los viejos
“pasos perdidos” masónicos vuelve a estar tomado de nuevo. Hay VIRTUS UTEM
caminando por él.