Duermevela de un esclavo

Duermevela de un esclavo

El Libro Blanco de la Masonería (Humanismo Animal)


El animalismo es ese movimiento por y para la defensa de los derechos de los animales. Yo estoy totalmente en contra de ello. Prefiero hablar del Humanismo Animal. Exaltar las cualidades propias de la naturaleza humana que hay en los animales. Esa alma humana que ciertas bestias demuestran poseer sin que el homo sapiens… sapiens, rompa en mil pedazos. Pues el Ente Humano puede domar al tigre, pero el animal siempre tendrá un alma salvaje que es de una bajeza moral absoluta quebrar; el León aunque carezca de garras o de fauces, nunca dejará de ser un León… mas oh, hay dos especies animales que tienen mucho más que un entronque animal irracional con la especie humana, algo así como un auténtico sentido de complementarse plenamente entre ellos y nosotros; entre nosotros mismos… la parte humana del “Animal”, y la parte animal del “Humano”, hay un poderoso vínculo común. Estoy hablando del caballo y del perro, del perro de la guerra… y del caballo de batalla… Los biólogos, los zoólogos y los expertos en paleontología, los mil etólogos dirán misa en arameo. Yo por los ochenta del siglo pasado estaba ya empapado de leer los libros de Vito B. Dröscher sobre la fisiología sensorial en la conducta del comportamiento animal. Sorprendido por esa parte del oído humano de los peces… o, hasta donde llega “el amor” entre las madres y los hijos en los estudios que realizó en su día Konrad Lorenz. Claro está que por ese camino no van mis "tiros" de tecla fácil. No me interesa saber de los aspectos conservacionistas, ni zoológicos de la relación entre los hombres y los animales. Yo simplemente experimento en mi Realidad Radical el hecho puro y simple de que la naturaleza humana y animal del Planeta Tierra es una. Hombres y animales somos la misma forma de vida. Incluso si me apura los entes humanos y un bosque de secuoyas. Es lo que hace compartir casi por completo un mismo ADN. A quien no le emociona ver una atardecer, mirar a las estrellas, escuchar los sonidos del silencio… de una noche de verano. Quien no se siente absolutamente empequeñecido en mitad de una tormenta… o melancólico paseando por un parque en mitad del otoño cuando las miles de hojas caen de los árboles y la vida parece que agoniza y se está renovando a un mismo tiempo. La Conciencia del Ente Humano es también La Humanidad de nuestro Entorno Humanista.
Y El Entorno Humanista del Ente Humano en Libre Albedrío son las almas humanas de nuestros caballos y de nuestros perros. ¿Os parece qué estoy flipando al escribir esto?. ¿Habéis hablado alguna vez a vuestro perro, y él os ha respondido?. ¿Mirado a los ojos de un caballo y él ha vaciado vuestra alma de todo el dolor qué había dentro?. Os voy a contar tangencialmente una historia ya contada anteriormente por mí. La “enseñanza” de misma, os lo anticipo, o el “principio moral”… vendría a ser que La Libertad es la más grande hija de puta que hay. Sólo he ido una vez a una montería, y un servidor “tirador experto” no cazó nada. No comprendí el placer de matar a un Gran Macho en el “fragor” del rececho. Tener a tiro a un animal tan hermoso como es un corzo, un muflón, o un ciervo… y matarlo por un trofeo es simplemente un crimen contra uno mismo, nuestra esencia más pura e inocente. Hermanos míos de logia y “fe” común no tenían ningún reparo en hacer aquello que dictaba su “cuidado”. Mi Gnosis no me permitía en cambio hacer aquello que consideraba un acto antinatural. Y sin embargo no tengo reparos en matar a un caballo que se rompe una pata. Cual el sacrificar a mi perro más querido cuando estaba tan malito que verle sufrir se me hacía una tortura. Hay quien pensará que se puede curar al caballo y ese es el comportamiento más “humanitario”, pero el alma humana del caballo es galopar… mi perro ciego ya y con una enfermedad que lo torturaba entre ataques y espasmos de dolor, merecía estar en ese lugar de más paz donde se va después de todo… Volvió con El Constructor. Y ahora otro fiel amigo duerme a mis pies mientras "tecleo a cachiporra" esto sin más moraleja que la del Humanismo Animal. Quizás muchos piensen que estoy como una puta cabra pero… siempre tiene que haber un perro a nuestro lado y un caballo que nos mire el alma, que nos robe nuestros males, nuestros problemas, que agite su cabeza y nos hable de quienes somos. Yo soy carnívoro, carnívoro oportunista… he comido pollo, vaca, muflón, corzo, rata, conejo, peces, avestruces, y hasta hombres… ¡Qué espanto!. Bueno… ¿acaso no sufre un tomate verde aun arrancado de la rama?. ¡Sabéis cuanto ADN nos separa de un tomate!... Un hombre y un ratón comparten el 99% de los genes, y en hombre y un plátano el 50%. Por eso os digo hermanos, que lecciones de humanidad siempre… las justas.