Los ateos cometen infinitos errores para
justificar su modo de pensar con respecto a los “creyentes”, el primero pensar
que son más inteligentes que estos últimos por su postura “beligerante” con
respecto a “Dios”… ¡Ay!... una licenciatura de mierdaseca, no te hace llevar
más razón… sólo un primate, con orla. Para tratar la inferioridad mental del
cristiano, tan sólo hay que exponerlo a su permanente “oscurantismo”. Los ateos
son tan previsibles y necios con esa predisposición suya al insulto sobre la
mitología religiosa como los creyentes que viven enganchados a la
“superstición” cavernaria secular. En el fondo, ambos, ateos y creyentes, buscan los unicornios
rosas a su manera… unos entre santos y vírgenes… y los otros, entre “vírgenes”
ideologías en las que creer, y “certezas” fácilmente susceptibles de caer un
día más que otro en desgracia. Atacar al Dios cristiano, por ejemplo, por
inmoral, es estúpido… estupidez atea neta, el idiota desestructurado
mentalmente es el propio hombre. El concepto de Dios, no juega en la misma liga
del ser humano y la humanidad que se arroba tal mérito es en el fondo para que
tanto los creyentes cual ateos tengan en sus ignorancias respectivas un estándar
moral. Pues ambos son rápidos para juzgar, los ateos para la burla… los creyentes,
para sentenciar algunas contradicciones. Los ateos siempre pretenden los
pobres, por creerse más “doctos” ser tomados en serio… Los creyentes, en
cambio… procuran llevar la razón en un debate insano por la fe en un “Dios”
tirano. Ateos y creyentes, ¡valientes… gilipollas!. Los ateos levantan contra
el creyente cristiano a menudo tantas veces el argumento de que su fe no
refleja la posición cristiana indiscutible y primitiva, que las más de las
veces parecen creyentes reformistas que escépticos e irreverentes. En esa
distorsión de la “omnipotencia” de Dios, caen cual las moscas en la miel… a
centenares. La mierda, es delicatessen.
Y es que en el campo de batalla de la eterna
discusión de la existencia de Dios, unos y otros demuestran su perfecta falta
de gnosis. Unas veces con La Trinidad que sólo falta la cuadratura del círculo
con Santa Claus… y si no con ese ateismo difícil que quiere imitar al creyente
“mintiendo”, en su “pasión” por aniquilar la convicción de sus “hermanos”. Son "Compañeros del Metal". Los
ateos a menudo yerran en el hecho fácilmente comprobable de querer demostrar
sus ideas sin estudiar lo que se critica. El cristianismo y sus instrucciones,
como el islamismo y sus enseñanzas, o el judaísmo, son lo que son, un breviario
que condensa cierta ética y moral religiosa ya totalmente amortizada por esa
gran ola sociológica humana, la ciencia y la tecnología. El pensamiento
clásico, todas las enjundias filosóficas, y la memoria instintiva de la
especie… Es patético oír a los ateos como loros repetir una y otra, y otra, y
otra vez los mismos jodidos mantras anticristianos. Cuando a La Iglesia se la
desmonta sin necesidad con sus propias incongruencias… ¿Inteligente un ateo…
por encima de un Católico?. ¡Bah!... a la par… Igual de simplones. El ateo es a
menudo de recitar en desatino la larga lista de las contradicciones bíblicas, ese
libro de leyes dictado bajo la “égida” de Dios, para que no se follara entre
hermanos, ni se mezclaran tejidos que se rompieran con la pericia de los
“clavos” oxidados… o se dieran los “feos”… de “espíritu”, a la sodomía entre
ellos… Lástima que la barbarie siempre rompa en trizas el concepto y la broma
pueda ser tomada en serio. Y pobres esos creyentes de la ciencia por la ciencia
que la ignoran por completo, desconociendo la genuina verdad de que Dios está
iluminándonos detrás de la última puerta cerrada del Universo como Realidad
Radical y Libre Albedrío. De hecho, ¿puede la ciencia asegurar todo lo que esconde nuestra
mente?. La belleza del amanecer, la risa de un bebe… simplemente, el amor.