Duermevela de un esclavo

Duermevela de un esclavo

Despertando un Reino de Conciencia (Parte segunda: Pecata minuta)


Se libra quien lo duda una tercera guerra mundial pero no en los mismos frentes y por iguales motivaciones. Algunos gilipollas medio retrasados mentales "árabes" muertos de hambre luchan por un Dios sin porcetaje y otros por un porcentaje de... ¡Dios!... Además hay varios bandos enfrentados, aliados y fuerzas del eje, que un día están a un lado del tablero, y al día siguiente son adversarios de aquellos junto a los que combaten la amenaza del terror global. Unos días las superpotencias por ejemplo, luchan codo con codo contra el terrorismo yihadista, otros, luchan entre ellas; unos días Francia miembro de la Alianza Atlántica es la retórica de la libertad, otros la elocuencia de esa grandilocuencia en el discurso pacifista de la Gran Madre Rusia. Unos días el tablero geopolítico tiene las casillas oscuras inundadas de petróleo del Daesh que vía Turquía termina en las refinerías francesas o por las casillas blancas y la “inacción” saudí acaba en España financiando el negocio de las armas “legalilegales” y demás etcéteras. Supongo que un Reino de Conciencia no incluye entre sus factores emocionales una gasolina al alza en periodo vacacional si no más bien todo lo contrario, un caldo barato para tanta rata que huye de las ciudades rumbo al bien merecido descanso que desgraciadamente aquellos que hacen stand by en el escenario bélico no disfrutaran si no es muriendo con una mueca de felicidad en los labios. Y petróleo barato, son precios de la cesta de la compra bajos controlados por el Gobierno en mitad de la tormenta perfecta de la inestabilidad política, como así mismo ésta inundación de crudo favorece que al olor de la sangre derramada por el mediterráneo y aledaños de la “guerra” los grandes blancos se estén dando un festín de refugiados, mercados, inversiones, y destrucción. Se vacían los arsenales de munición y bombas, y los productores mundiales de armamento como es España en funciones, venden sin rendir cuentas ante la Comisión del Congreso de Secretos Oficiales.
Y entre tanto el miedo cabrón de la imperfecta ciudadanía anestesiada de vacaciones está a lo suyo, quemarse a lo bonzo en la calorina de la nada que la dan de comer con gazpacho y tinto con gaseosa, cola y helado, paella y espeto a medio incinerar. ¡Bien! el suelo sobre el que se libra ésta guerra está inundado de crudo, es el campo de juego de las grandes multinacionales del petróleo, ¿pero quiénes son los contendientes aparte de los EE.UU. blancos de América con sus “aliados” ratones, y la Gran Madre Rusia?. Pues contando siempre con Israel que va a lo suyo… por un lado está el integrismo islamista “moderado” que juega a ser grande siendo pequeños niños cabrones que encienden fósforos sobre un polvorín inconscientes, mientras armas por petróleo barato, mercancía humana por créditos indecentes manchan sus manos de dinero y corrupción. Y entre estos sápatras de paraísos dictatoriales se mueven en su salsa los aliados del Gran Padre Blanco, y también aquellos que financian la yihad. Son esos que abrazan cual hermanos tanto a reyes eméritos como a su cría ya aprendida. Claro que eso es pecata minuta. El FMI y el Banco Mundial falsean datos macroeconómicos, China y EE.UU. y sus aliados saquean con la inestimable colaboración de agentes rusos “libres” las peonías africanas “democráticas” a cambio de un poco de PIB y Boom. España entrena ejércitos regulares en África a cambio de nada, made cooperación cañí mientras La France despliega comandos en Malí para barrer el desierto… Porque querría que me explique alguien el porque España tiene la necesidad de haber comprado en plena "crisis social" de gran parte de su población... cuatro drones de última generación para bombardeos discretos, o fabrica munición de uranio empobrecido a cascoporro. Catorce entidades bancarias españolas están metidas hasta el cuello en el negocio. Son los bancos que todos sabemos, con los que todo el maldito país trabaja, paga en el chiringuito y el super. Alejémonos de un Reino de Conciencia, por un móvil nuevo y unos céntimos de ahorro en gasolina.