Hubo un tiempo en que lo mío era el ardor
guerrero. El taconazo y el tiro selectivo. Y el mando… jamás la plaza. Y por
hijo del cuerpo antes que hijo de la grandísima puta sacaba más generales y
obispos de los grandes puticlubes de la capital de España en vísperas de
conspiraciones de la Conferencia Episcopal que Rambo explosivos en una de sus
películas pastiche de guerra y patrioterismo histérico. Y así es como aprendí
que la milicia es un infierno… de puteros… más tarde a ondonadas de hostias
allá en La Bosnie of the Balkans entre esos afrikaners ex-yugoslavos, otro
jodido “pueblo elegido”, comprendí que verdaderamente la guerra no es un
infierno… más bien todo lo contrario… la posibilidad de la verdadera justicia
divina y humana, al mismo tiempo. Donde un buen “afeitado en seco” a un cabrón
siempre es mejor solución que una política de prevaricación… con alevosía.
¡Lástima!, no haber podido disparar también a nuestras líneas, a tanto mamón
como había. Con la banderita de los cojones en la cadena del pelucón de
“colorao”, que decía el camarada “Gitano”, y a "esos" que traían las chapas
desde la Madre Patria. Décadas y décadas aguantando gilipollas dan para mucho…
hasta para permitirme el decir eso de que les pueden dar a todos esos patriotas
de pastel por el puto agujero del culo. Porque servidor se ha ganado el derecho
de follarse a España por el ojete si le viene en gana, votar… no hacerlo,
cagarse en una urna… y todos los etcéteras que os podáis imaginar. Por ésta
nación de gallinas, corruptos, mierdasecas, listos de la pedrá… y pollabobas,
ya he dado más de lo hubiera sido lo justo y necesario… otros, hablan y hablan,
escriben y analizan… que es para darles dos tollinas en el cielo de la mouth, a
rascataplás… y sin el menor conocimiento.
¿Cabreado?. No. No estoy cabreado. Estoy más
que eso… Estoy asombrado. Asombrado de tanto tonto, o tanto ingenuo… o quizás
tanta “buena gente” sin una pizca de bondad. Tanto “afrikaner” de meseta, de
costa y costalero, de paisos y nacionalidades… de río, y rivera. Con Mayúscula
en mayúscula, de reguero. ¿Indignado?. Ya no por Dior. ¡Asombrado!, he escrito.
Asombrado de ver a miles de compatriotas agachados, agazapados tras el seto de
la estupidez absoluta, entre gatitos y bebes sonrientes, entre fraseología y
follologías. Mas, ni una cosa ni la siguiente. Yazgo en mi coordenada 0,0000 donde
las dos españas, la follarina y la de los ojos perlados… están a la puta greña.
Unos llorando eternamente por lo que pudo haber sido y no “fuet”, y los otros
que van a lo de los siempre: Joder la marrana on the rocks. Porque éste es ese país donde la
inteligencia se vende a los principios, y los principios a la mediocridad, y la
mediocridad al conocimiento al por mayor… y al por mayor se nos vende una
“patria” de ropa sucia que no se lava en casa tan siquiera… se tira al
descampado "pa' lla". A ésta, la de las dos españas… de pandereta y fiesta veraniega, se
la engaña como a los gaticos pelados y el gazapo deslumbrado... con una pelota
rodando, un toro embolado, una parrillada, o… dos encierros y una sangría
comunal. Sí… hubo un tiempo en que lo mío era el ardor guerrero, no convivir en
una tomatina de cafres. Afortunadamente, estoy lo “suficientemente” socializado
para no subirme al campanario de una iglesia y liarme a tiros con el gentio a
lo tejano con ida de olla post-eso-traumático. Stress ninguno… ni cuatro. Si
España ha decidido ser la isla de Supervivientes, el plató de Sálvame, La Euro
de La France, o Amar en huevos revueltos... Ningún problema. Pero me arrobo,
claro que sí, porque me lo he ganado, mi derecho al insulto… O mejor dicho… no
insulto, decir… lo que es… El son, sin el sin… ¡Cojones!.