Al menos unas
ochenta personas han muerto éste sábado y otras doscientas siete han resultado
heridas, en un atentado suicida en Kabul, capital de Afganistán, con marchamo del Estado
Islámico que ha reivindicado la autoría del ataque. No habrá Je suis Afghanistan.
¿Por qué?. Son musulmanes… ¿quién lo entiende?. Musulmanes matando musulmanes. Chiítas,
hazaras… sunitas… ¡Bien!... très bien… Hubo un tiempo en que la CIA financió a
Bin Laden y los luchadores muyahidín por “la libertad”, y contra la vieja CCCP.
(La URSS, vaya) Algo sabréis de esa historia si por lo menos habéis visto Rambo
II. Fue allá por finales de 1.979 que empezó aquella movida, el “Vietnam
soviético” lo llamaron. En el tablero geopolítico se jugaba a la guerra fría
sin más. Poco importaba si las mujeres afganas eran consideradas por aquellos
“talibán” poco menos que jarrones, o simples mamíferos para la cría de futuros
guerreros antisoviéticos… De aquellos lodos llegaron los fuegos artificiales
del Once de septiembre y sus gemelas, La Guerra e Invasión de Afganistán con
algún españolazo que otro que la palmó por allá… las “guerras” de Irak, los
grajos de las Azores sedientos de poder y riquezas, convertir Irak… en lo que
es a día de hoy… un estado caótico, con el "efecto dominó" sirio… etcétera,
etcétera… treinta y pico de años largos de hacer los cafres es lo que tiene. Lágrimas
por Niza, ignorancia por Kabul… Franceses pidiendo más mano dura contra el
Islam, y el Islam entre el miedo de los inocentes, la barbarie de los
yihadistas fanáticos… y todos esos jetas sápatras en los que occidente pone una
pierna encima como se pone para pasar el río el pie en las piedras inestables
intentando no mojarte. En príncipes saudíes y machos alfa turcos el “mundo
libre” deposita parte de una “confianza” que financia el terrorismo por
petróleo barato.
En Arabia
Saudí son los sunitas, el "hermano"... es la escuela jurídica oficial. El Arcángel Gabriel le
reveló a Mahoma en el Monte Hira los aleyas… Y los hombres… ¡hombres!... trabajaron
sus instintos y sus deseos de ley y orden, a su imagen y semejanza en forma de
madhab, la más requeterancia exégesis del arcaico código islámico. Una mujer en
Arabia Saudí no puede moverse sin un guardián varón, conducir, abrir una cuenta
bancaria, darse un baño, practicar deporte, entrar en un cementerio… o
simplemente, comprar una muñeca Barbie para una hija… y con ésta gentuza es con
la que España hace negocios al abrazo de nuestros Reyes y políticos tan
“demócratas” de toda la vida. Millonarias ventas de armas. También a la
democracia turca de Erdogan, a Egipto… a Venezuela, Siria… Lo más “gracioso” de
todo es como se camufla todo ese negocio bajo el epígrafe, por ejemplo… de
“tren de alta velocidad a la Meca”… Sí, la meca del terrorismo islamista que
ayudamos a financiar, dejémonos de hipocresías. Y todo a pesar de que según las
legislaciones tanto española como europea se trata de exportaciones absolutamente
ilegales muchas de ellas, precisamente por esa situación de conflicto y por el
apoyo que estos países prestan a los grupos insurgentes en Siria, sin más. Se
lo pasan por el forro de los cojones. Los inocentes que ayer murieron en
Afganistán son víctimas tan “humanas” como las que se quedaron hace unos días
en el Paseo de los Ingleses en Niza… tan hermanos nuestros, los unos como los
otros. Pero seamos juiciosos, el aceite que engrasa la maquinaria de la
subversión y el terror, aquí y allá, se compra con esos apretones de manos y
abrazos que vemos con los “príncipes” saudíes. Con las firmas de acuerdos
vergonzantes con democracias “amigas”, con es el caso con Turquía sin ir más lejos. Nuestra
contraprestación es la gasolina de nuestros vehículos, que los precios en plena
crisis se mantengan relativamente estables… la paz social de los pensionistas y
funcionarios. Mejor que los "sin voz" clamen al cielo lejos, que una revolución a
las puertas.