Duermevela de un esclavo

Duermevela de un esclavo

De los Juegos Olimpicos del "hambre"... y, la esperanza


Una chica siria de dieciocho años Yusra Mardini, es la joven atleta abanderada acogida por el equipo de refugiados que competirá en los juegos bajo la enseña olímpica. Una nación de 60 millones de personas en el mundo. Lo único noble que he visto que queda del viejo sueño que a finales del siglo XIX tuvo el barón francés Pierre de Coubertin, con un espíritu libre… absolutamente integral y claramente masón amén, de totalmente laicista por encumbrar a ese Dios “pagano” que prohibió Teodosio honrar, y que en el Pebetero de Río ha brillado cual el Sol. Ha sido un breve y “magnífico” espejismo. Abajo, y a todos los lados, bajo el manto estrellado de la noche brasilera del mundo la tierra yace enfangada en corrupción. Esa nadadora siria y su delegación deportiva es la verdad única y auténtica de una Gran Nación de Humanidad sin voz; hace un año no nadaba en una competición cualquiera, nadaba en pleno Mar Egeo esa chavala salvando la vida de veinte personas que de no ser por ella hubieran muerto ahogadas. (Aprende algo Putin cabrón) Nadó durante tres largas horas arrastrado con una cuerda el bote en el que viajaban de Turquía a Grecia escapando de la guerra civil en Siria gente anónima tan indeseable o “importante”, como cualquiera de nosotros. Esa mujer es una inspiración incondicional para un infinito menor de los hombres, de tantos millones y millones de seres inferiores que se autoproclaman humanos y que se les llena la boca de llamarse buenas "personitas". Que orgullo imperecedero el de representar una bandera más grande que la de todos los países de éste pequeño y miserable planeta juntos. Lo mejor de la fuerza de la raza del Hombre está en esa gran mujer que ha sido capaz de atravesar Europa entera a pie, la vieja Europa de la vergüenza y el racismo nacionalista… Macedonia, Serbia, Hungría, Austria, hasta llegar a Berlín donde un club de natación pudo ver su talento, desarrollarlo, y hacer realidad lo imposible. La representación de deportistas-refugiados de Naciones Unidas que competirá por primera vez en unos Juegos Olímpicos. La vida no tiene porque detenerse, jamás. Gracias... 
Leo en un periódico digital, de las protestas en Brasil contra los JJ.OO., del posado veraniego de los Reyes de España con sus princesitas que ya tienen paga por parte del erario público de más de 100.000 euritos para chuches… de las llamas de los incendios de cada verano que avanzan sin control y hacen caja canalla y dejan terrenos abiertos a la voracidad fiduciaria, o de lo estremecedor que resulta oír que el PSOE no va a indultar la corrupción de Rajoy… pero, (¿pero?) tal vez se abstendrá en su investidura. Todo mientras el millonario y patriota Rafa Nadal desfila orgulloso con la bandera de una “nación agradecida”, ¡coño!, bronceado balear Marca España, y olé. ¡Ya sale España, ya sale España!... Mira cariño, que bien desfilan… falta Sergio Dalma cantado Esa chica es mía, y Belén Esteban berreando. Porque las portadas de la España del Día ya están escritas. Sin parados molestos, ni compatriotas pasándolas putas… y mañana habrá toros y fiestas, giris a tonalidad bogavante y cascoporro paellero cruzando al bies La Piel del Morlaco. Ay ese PP de putas en caravana y comisionistas que ahora se deshace en elogios a Zapatero… con lo que uno ha oído decirle… Que suerte, que suerte, que suerte… que el paro remonta a base de sangrías. Y no me refiero a las que se sirven a los turistas alemanes e ingleses en ésta nación de camareros… me refiero a que gracias a Dios y al petróleo tirado de precio "more" tanto atentado yihadista por Túnez, Turquía… miedo a destinos “inseguros”, nos trae "prospe" a base de precios ajustados, y bajarnos los pantalones hasta los tobillos como en los mejores años del “retarder franquister”. El nuevo landismo es Influencer y Youtuber. El Catacroquer no es ver ésta desolación moral e irse de predicador a la Cueva de Batman, es sentir que ejemplos como el de la joven Yusra Mardini nos llenan de razones para la esperanza, y son motivos para creer en días mejores por venir.