La información es desinformación. Yacemos ya
sea por mor de internet, la televisión, la prensa, el cine, etcétera…
desinformados de modo permanente. Nos invitan amablemente a creer mentiras
predispuestas para ser consumidas de una manera amistosa y cordial. Cruel y rápidamente... que importa que dos millones de seres humanos como nosotros mismos puedan ser victimas potenciales en horas o días de éste vértigo genocida general. Es el
agradable espectáculo de un mundo de belleza y fantasía, donde la tragedia son
las arrobas de más en sobrepeso de una presentadora famosa en un reality de
mierda rodeada de gordos y ex-gordos que presumen de su derrota a la bascula
mientras en una ciudad de Siria cientos de miles de personas están atrapadas bajo
las bombas sin agua ni alimentos cosa que no tiene la menor trascendencia ni relieve ante la
angustia, el sofoco estival “memopaúsico” y la hambruna chocolateada de la presentadora
de las lorzas sufriente. Porque el espectáculo de la desinformación está en el
círculo de confianza que exuda ver a Rajoy y la banda de Ciudadanos sonriendo y
trabajando por España en busca del Oro Olímpico de la Investidura mientras la
gente se deja el pellejo cada día por sobrevivir y seguir pagando las cuentas
mientras nos cuentan los trampantojos de la política hecha Escuadrón Suicida
con Las Campos, Flo y Carlota Corredera, ex-magros oficiales… más Girauta de
Joker y Rafa Hernando de Deadshot, que un día se tiran al pato con balines, y otro cual la
cabra… a la montaña verde verbenera. Esto es el cada día de churras y meninas de la
desinformación española, lo del menos es menos. Porque lo de cada día es más…
es la muerte en diferido de miles de civiles por la guerra, el hambre, y
la sed… la violencia económica, el abandono de los servicios sociales y la
sanidad pública traspasada a negocio de tahúres de lo público. Que a los del
reality permanente de la politiquería y el estipendio televisivo del corral
borreguno les suda un mojonaco de gañan. Y ahora que empieza La Liga, más carne a la
picadora.
Porque ya que queda por decir de la corrupción
y el Gobierno de España en funciones, el campeón de Pedro Sánchez, los
caraduras de Felipe González y José María Aznar, los latrocinios de Andalucía,
con esos cambios de acera permanente pactistas de Albert Rivera, y todas esas
chupapollas adúlteras del poder supraperiodístico con guión fiduciario y
reinonas de las mañanas de opinión con sus amancebamientos tertulianos de asco
y vómito per se. Desinformación al mayor. En un país donde se trinca al por
mayor de lo de la sanidad, de lo de la educación, de lo de la dependencia, de
lo de los cursos de formación… la golfería está en que Pablo Echenique de
Podemos no tiene dado de alta en la Seguridad Social a su ayudante… o los
caudales más o menos declarados de Monedero… cuando se han ido de rositas por
el fraude fiscal miles y miles de millones de euros de vellón de las corruptelas y perversiones varias del partido del gobierno, y resulta que ese mismo Gobierno que preside Mariano
Rajoy Brey vende armas a la Venezuela bolivariana de Maduro, la teocracia
iraní, la dictadura saudí, la de Guinea Ecuatorial, compra gas libio procedente
de zonas en poder de milicias islamistas, y nos trae vía Turquía petróleo de
territorios iraquies controlados por el Daesh. Sin embargo, cero noticias de todo
esto. Eso sí, sabemos si en el entrenamiento del Real Madrid progresa
adecuadamente la lesión de Gitano Ronaldo, si el pubis de Benzema está mejor de
lo suyo, o si el capullo de Sergio Ramos ha cambiado de look. Supongo que es
mucho mejor así. A la gente le afecta en nada que hacen cientos de soldados
españoles distribuidos por el mundo, el sumidero que hay en el Ministerio de
Defensa de España, los misterios del helio y sus usos no civiles… ¡Shhhh!. Mejor
que el rojerío gilipollas de hoy y de siempre despotrique de sus idioteces
comunes, de La Iglesia, La Memoria Histórica, y otros etcéteras que todos
sabemos a que se sangre información y se piense… se empiece a reflexionar en que
jodido y endemoniado país vivimos donde liberales y socialistas, empresarios y
sindicalistas, militares y políticos de todo signo entierran la verdad en
Secretos de Estado. ¡Eso!... gasolina y cañas baratas que estamos de vacaciones.