No he visto Las Campos en ese canal de
televisión para descerebrados crónicos ni falta que me hacía pero si te tienes
que hacer un test genético para saber de que engordas inflándote a churros y
cubatas que andan de TT por Twitter no sufres el tipo de mutación biológica de
esas que busca el Profesor Charles Xavier de los X-men, lo tuyo Princesa del
Pringue, es uno: Que eres bastante gilipollas, y dos: Que te gusta comer, lo
cual no tiene nada de malo… Lo de ser una completa gilipollas sí, porque
invitas al espectador a compartir tu idiotez, y retroalimentarse… de estupidez.
Ay la televisión que dura es… Hoy no había partido de fútbol con lo cual
decidir con que me idiotizaba cenando ha sido duro. Capítulos requetevistos de
Los Simpsons, o a las hermanas Madre-Hija de Marge tratando con la Señora del
Reverendo Lovejoy, y la “vieja” del Director Seymour Skinner, de moluscos
bivalvos pasados de fecha de caducidad. En lugar de jugarme la integridad
estructural de mi cerebro masticando unos nuggets de pollo en un entre ver de
viejas rellenadas de botox y el ex-gracioso Bigote Arrocet mariconeando con
Mario Vaquerizo, el chatifloji de Alaska… me he visto una de Johnny Deep. Y
ello ya ha completado la absoluta repolla. Desde el infierno era el film. O de
cómo la “mala” malisísima masonería estuvo implicada en el turbio asunto de
Jack El Destripador. Todo con mucha escuadra y mucho compás, que se viera
rebien… Con putas de finales del diecinueve pobres pero con su educación de
college fine thanks, y hasta maneras dulcinistas, y francmasones más malos que
el agua en polvo. Y no os digo como queda la Reina Victoria como si se comiera
un sándwich de mierda. Pero en fin a sido educativo, más que imaginar a Las
Campos dibujando pollas… porque lo que coma cada cual, porras… o, mejillones…
me la suda, y por mucho.
De modo que en mi zapping precena con patatas
fritas no sé si veía a la ex-magra Carlota Corredera entrevistando en la cadena
refacha 13tv por enésima vez a la Presidenta de la Comunidad Presidio de Madrid
Cristina Cifuentes, o era ese gracioso koala cabrón de Pablo Motos el que se
entrevistaba a si mismo ante un espejo. Total. Que me he pasado dos horas
fácilmente delante de la televisión como un puto imbécil. Y la película
reconozco que era entretenida… si no te enterabas de que Jack El Destripador
era masón, es que uno es “mental retarder”. Llevaba la escuadra y el compás
grabado en el maletín de sus cositas de asesino, en el alfiler de la corbata,
en la solapa del traje… Al jefe de la policía se le cae el anillo del dedo…
eche de menos a Gila: Alguien ha matado a alguien… Alguien es un asesino… A mí,
la verdad… me divierte esa mala fama de la que goza la masonería. Ya se sabe…
la del culto a Lucifer, la conspiranoia Illuminati, los turbios manejos de la
política… y el poder. La iglesia por menos procesiona entre la borreguna… ya se
sabe también, ¡cojona!… La Santa Inquisición, Las Cruzadas, Ia inhibición en el
Holocausto Judío… ¡pelillos a la mar!. Pues eso… ¡Maldita televisión!. Me
empuja a la lectura como al borracho los anuncios de cierta cerveza y Benicio
del Toro, a preguntarse: A los ojos de Dios, ¿qué cojones son las lentillas?. Y
bueno… de algo tenía que escribir… La cena estaba cojonuda. Patatas fritas,
nuggets de pollo, y empanadillas… un maximix de colesterol con Coca Cola, que
no falte de nada. Y claro para la flora, el yogur con bífidus. Uno tiene que
cuidarse. Coctelito de la alegría de pastillas para dormir, y el insomnio nuestro de cada noche. Estoy on
fire. Sólo que no sé si a mucha gente le pasará… pero ese reality de Las
Campos, me da vergüenza ajena. Sé que no se puede criticar algo sin verlo… pero
es que, es… sentir, una exclamación de esa ganadería, y se me ponen los pelos
del ojete como las alcayatas de un castillo asediado por El Señor de Logroño...